Fritz Kreisler y Leo Blech juntos por Beethoven
MÚSICA CLÁSICA – A veces determinada alineación de los astros en el cielo produce eclipses vistos desde nuestro punto de vista. En el mundo de la música, por el contrario, la coincidencia de dos estrellas en lugar de sombras arroja una luz trascendental, como en esta grabación de 1926, en la que Fritz Kreisler es el solista del Concierto en re mayor opus 61 de Beethoven, acompañado de la orquesta de la Ópera Estatal de Berlín dirigida por Leo Blech. Le refrescamos la memoria.
Fritz Kreisler está considerado como uno de los más grandes violinistas de la historia, especialmente por su timbre, su vibrato y otras características técnicas que hacían inconfundible su sonido, reconocible desde la primera nota. Había nacido en Viena en 1875, hijo de un médico judío, con quien tomó las primeras clases, que luego perfeccionó con Auber para, en 1882, convertirse en el alumno más joven de la historia del Conservatorio de Viena, donde estudio, entre otros, con Bruckner, para pasar, dos años más tarde, al Conservatorio de París. Y todo sin abandonar sus estudios de medicina, carrera que no llegó a ejercer, volcándose definitivamente en el arte de los sonidos desde 1899. En 1924 se estableció en Berlín, luego en París y en 1939, como tantos otros, tuvo que huir a los EEUU, donde finalmente murió en 1962, desarrollando allí también la composición de obras que, inicialmente firmaba con seudónimo.
Leo Blech, por su parte, fue compositor de óperas y director de orquesta, nacido en Prusia en 1871, que estudió principalmente en Berlín. Entre 1899 y 1906 dirigió la Ópera Estatal de Praga y luego pasó a la de Berlín. Más tarde dirigió la Ópera Alemana, el Teatro del Oeste de Berlín y la Ópera Popular de Viena, aunque en 1926, año de esta grabación regresó a la Estatal donde permaneció hasta que tuvo que exiliarse en Riga, dirigiendo la Ópera Nacional de Letonia. Cuando los nazis ocuparon también esa ciudad, el lugarteniente de Hitler le expidió un visado de salida a la Suecia neutral «por sus contribuciones en el campo de la música», convirtiéndose en el único sobreviviente judío en Riga del Holocausto. Allí dirigió la Ópera Estatal de Estocolmo y en 1949 regresó a Berlín para dirigir hasta 1953 la Ópera Cívica, muriendo en 1958.
Los movimientos del Concierto de Beethoven son Allegro ma non troppo, Larghetto, y Rondó – Allegro con una cadencia compuesta por el propio Kreisler
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