“Gett: el divorcio de Viviane Amsalem (Gett)” (2014), de Ronit Elkabetz y Shlomi Elkabetz (Francia – Alemania – Israel)

FILMOTECA, CON DANIELA ROSENFELD –

Guion: de Ronit Elkabetz y Shlomi Elkabetz. Reparto: Ronit Elkabetz, Simon Abkarian, Menashe Noy, Gabi Amrani, Dalia Beger, Roberto Pollack, Shmil Ben Ari, Abraham Celektar, Rami Danon, Sasson Gabai, Eli Gornstein, Evelin Hagoel, Albert Iluz, Keren Mor, David Ohayon. Premios: Academia de Cine de Israel, Mejor Película, Mejor Actor de Reparto. Festival de Cine de Jerusalén, Mejor Película, Premio del Público, Mejor Actor. Festival de San Sebastián, Premio Otra Mirada RTVE.

En Israel, el trámite de unión entre dos personas, el matrimonio, sólo es posible de manera religiosa. Lo mismo sucede con el divorcio, el cual, al igual que el matrimonio, sólo puede ser legitimado por un rabino, previa autorización del marido, quien al final resulta tener más poder que los propios líderes ortodoxos. Con este telón de fondo, ‘Gett’ narra la determinación de una mujer israelí, Viviane Amsalem (Ronit Elkabetz) por vivir en absoluta independencia de su marido. Lleva tres años solicitando el divorcio, opción que su marido no contempla en absoluto.
Los hermanos Elkabetz escriben y dirigen esta gran película, con la que cierran su trilogía (‘To take a wife‘, 2004; ‘Los siete días‘, 2008) que sigue los pasos de Viviane Amsalem, para convertirla en el retrato de la mujer israelí, de su papel en la sociedad y de su emancipación.
En ‘Gett’, interpretada, como las dos anteriores por la excelente y maravillosa actriz Ronit Elkabetz, Viviane hace años que ya no vive con Elisha, su marido; decidió separarse y ahora quiere un divorcio legal para no convertirse en una marginada social. Sin embargo, Elisha no está dispuesto a otorgárselo. Viviane tendrá que luchar ante el Tribunal Rabínico para que este convenza a su esposo, por las buenas o por las malas, para que la convierta en una mujer libre.
Los hermanos Elkabetz nos sumergen en el sufrimiento de esta mujer que lucha con todas sus fuerzas por obtener lo que es un derecho inalienable: su libertad. La angustia y el desconsuelo son consecuencia de la acción del hombre. Son los hombres los que gobiernan el Tribunal Rabínico y ella se verá inmersa en un absurdo proceso “legal” que durará muchos años, durante los cuales será consciente de lo lenta, incongruente y mezquina que es la justicia del Tribunal. Sus leyes son arcaicas, conservadoras y profundamente machistas. Como individuo, su marido Elisha no es un mal marido: no pega a su mujer, no le niega relaciones sexuales, ropa o comida, simplemente la quiere para él, sin tener en cuenta la moral o la razón. Esta insensatez conducirá a su mujer a la angustia. El rabino Shimon, interpretado por el gran Sasson Gabai. es el hermano y defensor de Elisha, y ejerce la justicia de una manera totalmente ciega. No quiere ver más allá: por eso se deja llevar por la sinrazón, sin tener en cuenta la ética.
Viviane vive inmersa en la claustrofóbica prisión invisible que es su matrimonio, aunque nos permite vislumbrar cómo ella acabará dirigiendo su destino gracias a su fuerza y determinación. El tribunal religioso lucha contra Viviane por mantener los valores familiares por encima de todo y a cualquier precio, siendo absolutamente inflexibles e implacables en la interpretación del Talmud. Es ahí donde surge la gran denuncia de sus creadores contra el inmenso e irracional poder religioso en Israel. Queda patente que, para el hombre, la figura femenina es una posesión más, un objeto.
Rodada en un único espacio, el juzgado y su sala de espera, ‘Gett: el divorcio de Viviane Amsalem’ es directa, punzante y hasta dolorosa, aunque el conservadurismo de alguno de sus personajes llegue a resultar tan ridículo y absurdo que haga que en algunos momentos resulta hasta cómico. La puesta en escena es elegante y sobria, desde los decorados hasta el vestuario siempre negro y blanco. La cinta de los hermanos Elkabetz intenta poner de manifiesto la falta de derechos y libertades de la mujer en ciertos estamentos de la sociedad israelí, y cómo la religión y el miedo dominan a los hombres, impidiéndoles cambiar esta situación.
La co-directora y protagonista, Ronit Elkabetz aparece siempre con el pelo recogido y vestida de negro, Viviane Amsalem se muestra casi siempre serena y de mirada cansada, resignada y triste, pero con energía por conseguir la libertad que considera justa. Ronit Elkabetz se convierte, con una fuerza extraordinaria, en el reflejo de la mujer que se atreve a luchar por sus derechos cueste lo que cueste.

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