UN POETA EN ISRAEL, CON JUAN ZAPATO – Esa mañana desperté temprano, los primeros rayos de luz invadían la intimidad de mi cuarto, a los lejos el silbato de un tren se confundía con un triste ladrido y el taconeo de los primeros caminantes.
Saboreando un café amargo miro la hora, aun tengo tiempo, el suficiente para volver a repasar la historia de mi vida,siento que no es el momento ahora solamente debo intentar comunicarme telefónicamente.
Estoy llamando al hotel, luego de una corta explicación la telefonista me comunica.
―¡Hable!
―¡Señora Mercedes Sosa!, ¿le dice algo el apellido Girón?
―¡Así se llamaba mi abuelo!
―¡Pues entonces usted está hablando con su tía Mecha!…