Ha muerto Shimon Peres Z”L

ESPECIAL – Ha muerto Shimon Peres Z”L, una figura trascendental entre los fundadores del Estado de Israel. En febrero de 2011 visitó Madrid y a su Sinagoga, donde pronunció un discurso en inglés que traducimos a continuación. Después de esta grabación podrán oír un espacio que Radio Sefarad le dedicó cuando dejó su último cargo público como Presidente de Israel en 2014 y, finalmente, una canción “Alumot”, cuya letra compuso en su juventud. Nuestras condolencias a su familia, pueblo y nación.

Discurso del Excmo. Presidente de Israel, D. Shimon Peres en el acto celebrado en la Comunidad Judía de Madrid el 21 de febrero de 2011

Muchas gracias. Embajador de España en Israel, Embajador de Israel en España, presidentes y dirigentes de las comunidades judías, hermanas y hermanos, Os traigo amor de Sión y saludos de Israel.

He disfrutado al escuchar a estos chicos cantar y hablar en hebreo. Nosotros los judíos somos capaces de responder a las preguntas más difíciles pero no conseguimos responder a una pregunta: ¿Quién es judío?

Una respuesta a esta pregunta es que hoy en día son judíos los que intentan que sus hijos sigan siendo judíos. Este es el gran mensaje que he recibido al escuchar la canción y comentarios de estos jóvenes. Muchas gracias.

Vengo a España en la celebración de los 25 años del acuerdo entre España e Israel de restablecer nuestras relaciones. Israel fue creado hace 63 años y nuestras relaciones han sido renovadas tan sólo hace 25. En nuestras mentes conviven en cuanto a España las cumbres de la ilustración con la tristeza de las expulsiones. Durante 400 años hubo un divorcio entre nuestros dos pueblos: la Expulsión del pueblo judío. Durante varios siglos no hubo ni un sólo judío en España. Nos volvimos extraños y separados. En el mismo lugar en que anteriormente se dio el Siglo de Oro.

Durante 200 años, España fue un ejemplo de coexistencia y creatividad entre judíos, cristianos y musulmanes. Para españoles, judíos y árabes fue un inolvidable período, lleno de espíritu; la cumbre de la cultura, el modelo del entendimiento. Entre la cumbre de la Edad de Oro y el abismo de la expulsión de la vida judía, las relaciones entre nuestros dos países fluctuaron en una historia tormentosa. No establecimos nuestras relaciones ni en Madrid ni en Jerusalén. Era demasiado temprano según el parecer de algunas personas. Felipe González y yo mismo nos encontramos en La Haya, en Holanda. En aquel entonces ambos éramos más jóvenes, más entusiastas y más esperanzados. Y realmente pienso que hicimos lo correcto.

Nosotros los judíos tenemos razones para estar enfadados con varias naciones. Hemos sufrido tanto, de antisemitismo, de la Inquisición, del odio y del imborrable Holocausto. Pero la fortaleza de nuestro pueblo no reside sólo en recordar nuestro pasado y las dificultades, sino en pensar en el futuro. No miramos a España con el cristal del pasado, sino con los ojos de una nueva España, una España que sabe a democracia, a libertad y a modernidad. Una España con la que dialogar, de tú a tú.

Nuestros 63 años de independencia no son una simple proposición. En estos 63 años hemos pasado por 7 guerras, 2 intifadas, terrorismo constante, boicot, odio y acusaciones. Nunca olvidaré el primer día de nuestra independencia. Tuvimos alguna razón en creer que podríamos superar la desproporción entre los que nos atacaban y nuestra posibilidad de defendernos. En esos tiempos, los árabes eran 80 veces más numerosos que nosotros; éramos 600000 judíos mientras que ellos eran 40 millones de personas. Tenían 7 ejércitos y nosotros ni siquiera teníamos uno. Al día siguiente de la resolución de partición de la ONU aceptamos el terrible mapa que se nos ofrecía. Los árabes lo rechazaron y nos atacaron, antes que tuviésemos un ejército o un país.

En sus 7 ejércitos contaban con tanques y aviones mientras que nosotros no teníamos más que algunos rifles y pistolas. Desde el punto de vista de la proporcionalidad estábamos condenados a perder. Incluso aquellos que votaron a favor de la creación de un estado judío se negaron a facilitarnos rifles para defender nuestras vidas. Estábamos solos, aislados y bajo una gran desproporcionalidad. Nunca olvidaré la votación de la partición en la ONU ni el día de nuestra independencia. Estaba al lado de Ben Gurion la noche de la votación en la ONU. Las calles estaban llenas de gente jubilosa que cantaba y bailaba. Él era la única persona triste en Israel. Dijo: “Hoy bailamos, mañana correrá la sangre”. Y a la mañana siguiente efectivamente recibimos la noticia que 6 personas habían sido asesinadas, sin razón alguna.

También recuerdo el día en que Ben Gurion declaró la independencia de Israel. Fue bajo una gran controversia entre los miembros del gobierno ya que 6 de ellos estaban a favor mientras que los otros 5 estaban en contra. Ganó la mayoría, incluso habiendo recibido advertencias de Estados Unidos. Y ese día debía ser un día alegre pero Ben Gurion estaba triste. Los árabes habían conquistado la víspera el grupo de asentamientos de Etzion, asesinando a 240 personas y haciendo prisioneros al resto. Ben Gurion se preguntó cómo iba a declarar la independencia. Cuando se levantó para hablar, nadie sintió que tal tragedia había tenido lugar la víspera.

Ganamos la guerra de Independencia con un alto coste, la pérdida de muchas de nuestras mejores personas, jóvenes valiosos y valientes. Nuestra gente no tenía más que valor y sacrificio. Y en los años siguientes, una guerra tras otra. Nunca pedimos a los estadounidenses o a los españoles que enviasen gente a defendernos, lo hicimos nosotros. Nunca hemos tenido el privilegio de perder una guerra o de cometer un error, ya que significaría nuestra desaparición.

Tenemos pues el derecho de estar esperanzados, y lo estamos. A pesar de la guerra y los ataques, nunca renunciamos a la democracia, nunca renunciamos a nuestra esperanza de paz. La ironía de la historia es llamativa. Hace un par de semanas en un discurso el coronel Gadafi abogaba por un Oriente Medio sin Israel. Hoy parece que habrá una Libia sin Gadafi. Estaba tan preocupado por Israel que se olvidó de ocuparse de su propio pueblo. Ahora su propio pueblo le exige responsabilidades.

Está ocurriendo lo mismo con otros tiranos del mundo árabe. Una joven generación se despierta y pregunta “¿Hacia dónde vamos?”. Nadie está organizando a estos jóvenes, ningún guía espiritual, ningún ejército ni partido político. No sabemos quien organiza a la juventud. Se trata de un movimiento espontáneo, que ha aparecido de golpe. ¿Qué les ha hecho rebelarse? Simplemente la oportunidad de ver la realidad tal y como es. A través de Internet, del Facebook, se han hecho manifiestas en sus pantallas la pobreza, la corrupción, la falta de libertad y la falta de sentido en la vida. Y dicen basta.

Israel nació como una democracia y no ha renunciado ni un solo día a ella incluso en días de guerra. Nuestra gran esperanza es un Oriente Medio democrático: que no se pierda energía en matar, en luchar, en dominar al otro. Que se permita a los jóvenes crear un futuro de libertad, honestidad y esperanza. La esperanza de la joven generación árabe es la esperanza de Israel.

Nosotros ansiamos un Oriente Medio democrático y pacífico. No existe contradicción entre ambos postulados. Nada asegura más la democracia que la paz, y nada asegura más la paz más que la democracia. Rezamos por la libertad, rezamos por la paz, rezamos porque todas madres tengan una noche de sueño sin interrupción. Todas las madres, todos los hijos. No nacimos para hacer la guerra, no nacimos para dominar a otro pueblo.

Lo que caracteriza a la historia y la prioridad del pueblo judío es perpetuarse. No existe el judaísmo sin los Diez mandamientos, es nuestra Torá la que nos dicta estar juntos, no nuestros rifles que nos ayudan a seguir vivos. Nuestra Torá da sentido a nuestra vida hasta hoy en día. Los Diez Mandamientos están formados únicamente por 172 palabras, el documento más corto de la Historia, que es al mismo tiempo el documento más brillante de la Historia. Existe desde hace 3500 años, sin ningún cambio, y ha sido adoptado por toda la civilización occidental. Estaríamos perdidos sin nuestra Torá. Tampoco tendríamos un futuro sin haber vuelto a nuestra tierra. Llegamos a una tierra que era un desierto. No solo volvimos a nuestra tierra sino también a nuestras cultura y lengua. Al principio, en Israel los hijos enseñaron a sus padres la lengua materna, cómo hablar el hebreo.

Durante estos 63 años, solos, aislados y luchando, nunca hemos dejado de construir ni hemos perdido la esperanza.

Hoy en día Israel es casi un milagro económico. No teníamos tierra y seguimos sin tener tierra. No teníamos agua y seguimos sin tener agua. Por suerte no teníamos petróleo por lo que no pudimos ser vagos. Somos el único país santo entre los países petroleros. Y ser santo es un gran negocio como hemos podido demostrar. Sin tierra, ni agua, hemos creado una de las mejores agriculturas en el planeta. Rusia tiene una superficie 100 veces más grande que Israel, además tiene 100 lagos de agua dulce. Nosotros tenemos dos lagos, uno muerto (Mar Muerto) y otro que se está muriendo (se refiere al lago Tiberíades que pierde nivel). Y aún así, exportamos zanahorias a Moscú, aguacates a París y flores a Londres.

El secreto no está en la tierra sino en la gente. Pienso que lo que podemos hacer, también otros lo pueden hacer. No estoy seguro que los chinos sepan quiénes eran Abraham o Moisés. Creo que piensan que los judíos son los herederos de tres grandes, Albert Einstein, Karl Marx, Sigmund Freud. Quizás también Henri Kissinger. Lo que saben es que este pequeño país les ofrece una agricultura moderna. A China, a la India y porque no, a nuestros vecinos árabes. Queremos compartir con ellos. A nuestro parecer cuanto mejor estén nuestros vecinos, mejor estaremos nosotros. No buscamos venganza sino ganar. La mayor victoria que podemos alcanzar es la paz, y este es nuestro objetivo.

Nos critican y deslegitiman en varios foros internacionales. La pregunta que me hago es ¿a quién se intenta legitimar? ¿A Ahmadinejad, a Hezbolá, a Hamás? ¿Quién es la alternativa? ¿Tendría Israel que dejar de luchar por su existencia? Venceremos a Ahmadinejad y venceremos a Nasrala. Nosotros no lo haremos, no debemos hacerlo; su propia gente debe vencerles. ¿Cuál es la promesa de Ahmadinejad a los iraníes? ¿Uranio enriquecido, terrorismo, guerra, odio, dominación? Su actitud condena a la cultura persa y a los iraníes porque tiene bombas pero no tiene un mensaje de esperanza, ni para los iraníes ni para los demás. Ahmadinejad es un problema y una amenaza para el mundo entero porque hoy en día el terrorismo es global, se puede mover a cualquier lugar, de Madrid a Chechenia, de Afganistán a Berlín. No sólo lo sufre Israel; es un peligro para todo el mundo.

Por otro lado, el dirigente de Hezbolá se presenta como un líder religioso. ¿Qué ofrece? ¿Que el Líbano sea de nuevo un campo de batalla? Pretende destrozar a su propio pueblo y ¿para qué? No somos enemigos del Líbano, no tenemos ningún objetivo en Líbano.

Los árabes nunca han permitido que los palestinos tengan un estado propio. Cisjordania estaba bajo control jordano y nunca fue entregada a los palestinos. La franja de Gaza estaba controlada por los egipcios que nunca la traspasaron a los palestinos. De hecho nunca en la historia existió un estado palestino. Nosotros reconocimos al pueblo palestino. Reconocimos el derecho de los palestinos a tener un estado propio. Anunciamos que estábamos dispuestos a devolver tierra, como devolvimos tierras y agua a Egipto y a Jordania cuando firmamos la paz con ellos. Empezamos a ceder territorios a los palestinos. Como iniciativa propia salimos completamente de la franja de Gaza. Tuvimos que movilizar a 75000 policías para evacuar a nuestros colonos que indemnizamos con 2.500 millones de dólares.

Desgraciadamente, cuando salimos de Gaza, Hamás tomó el poder matando a los líderes del Fatah y empezaron a dispararnos. ¿Por qué? ¿Cuáles son las razones y cuáles son sus objetivos? Si Hamás continua disparando, ellos mismos seguirán siendo el mayor peligro para Gaza; si Hamás deja de disparar, tendrán las mismas oportunidades que los habitantes de Cisjordania. En Cisjordania se está materializando la creación de un estado palestino. La economía está cambiando profundamente, tienen un crecimiento del siete por ciento. Tenemos que reanudar las negociaciones para conseguir la paz.

Vengo a España porque Oriente Medio forma parte de la historia de España. La historia de España forma parte de Oriente Medio. Hubo equivocaciones, pero hay signos positivos en nuestras relaciones. La conferencia de Madrid fue un buen principio, el proceso de Barcelona es una buena indicación. No vengo a revivir las dolorosas memorias antiguas, sino a explicar que buscamos amistad, paz y democracia. Lo que está pasando en Oriente Medio es esperanzador. En las manos de los jóvenes, de los moderados, está la esperanza de la democracia; no en las manos de los dictadores tiranos, ni en la corrupción, ni en la falta de sentido a las aspiraciones de sus propios pueblos.

Vengo a esta comunidad que no es de las más grandes del mundo. Me parece muy importante que en esta comunidad judía haya 300 niños que acuden a la escuela judía. Vengo a esta comunidad con esperanza y amor. Rezo por la democracia y la paz en Oriente Medio entre todas las naciones, por todas las madres y por el futuro de todos sus hijos. Y creo que ganaremos; no porque seamos ricos y fuertes, sino porque tenemos razón y porque tenemos esperanza.

Muchas gracias.

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