TRIBUTO: HISTORIAS QUE CONSTRUYEN MEMORIA DE LA SHOÁ, CON CECILIA LEVIT – Halina Olomucki nació en Varsovia el 24 de noviembre de 1919. A temprana edad demostró talento artístico y sus primeros recuerdos son de ella misma dibujando. Halina tenía 18 años cuando estalló la Segunda Guerra Mundial y fue enviada a la zona oriental del gueto de Varsovia, donde también comenzó a dibujar y pintar inmediatamente. Fue reclutada a trabajos forzados fuera del gueto y pudo sacar al exterior dibujos de la vida cotidiana del gueto, del sufrimiento y la tristeza. Del gueto de Varsovia Olomucki fue deportada a Majdanek, donde la separaron de su madre, que fue enviada a la muerte. Más tarde fue enviada a Auschwitz-Birkenau como prisionera con el número 48652. Algunos de los prisioneros del campo trabajaban en la industria textil, y le encargaron que realizara carteles para los cuarteles nazis. De Auschwitz fue forzada a la Marcha de la Muerte, que comenzó el 18 de enero de 1945. El grupo llegó al campo de Ravensbrück y de allí Halina fue transferida al campo de Neustadt, de donde la liberaron los aliados.
Ella regresó a Varsovia después de la guerra y se casó con el arquitecto Boleslan Olomucki. En 1972, emigró a Israel. Halina Olomucki ha seguido pintando toda la vida, y durante la década de los años 60 realizó muchas exposiciones en París y Londres. Actualmente vive en Ashkelon, Israel. Donó sus obras del período del Holocausto y de los dos años siguientes a la colección de arte del Beit Lohamei Haghetaot (Museo de los Combatientes del Gueto). Otros trabajos figuran en la colección del Yad Vashem de Jerusalén, y en colecciones de otros países, incluso en el Musée d’histoire contemporaine y en el Museo de Auschwitz.