“Heidegger y yo, judío” con su autor Arnoldo Liberman

SEFER: DE LIBROS Y AUTORES – Arnoldo Liberman confiesa su debilidad por aquellos personajes admirables por su pensamiento pero detestables en cuánto a su calidad humana. Martin Heidegger es uno de ellos, “un gran pensador y un hombre enano”, “el más notable pensador del siglo XX” como lo define Liberman, quien afirma que , de alguna manera “este libro es también una autobiografía” y que “no ha podido permitirse un ejercicio de objetivad”.

Porque este escritor y psicoanalista es judío, y forma parte de aquellos a los que Heidegger deleznó y persiguió. Al igual que muchos otros intelectuales judíos, Liberman es discípulo de Martin Heidegger –“muchas de sus verdades eran incuestionables”-afirma.Como Karl Löwith que en el 80 cumpleaños del filósofo filonazi afirmó: “Lo primero que quiero expresar en esta ocasión única es mi agradecimiento personal por permitirme estar acá, a pesar de que no pertenezco a los discípulos que han continuado pensando en la dirección iniciada por usted. Si aun así me siento su discípulo, se debe, no a la positiva aceptación de su pregunta por el ser, sino a que usted fue el único maestro que me hizo saber lo que puede ofrecer una lección de filosofía en cuanto a intensidad y concentración; a que usted me dio, en las turbulencias posteriores a la Primera Guerra Mundial, impulsos decisivos para la propia reflexión”.

Heidegger y yo judío, de Sefarad Editores será presentado el 7 de noviembre en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Acompañaran al autor Santiago Kovadloff (autor del prólogo), Alberto Ruiz Gallardón, Mercedes Montmany y Horacio Kohan (editor)

“Las banderas políticas, las causas humanitarias o los parámetros de la ética no sirven para clasificar a los genios (y muchas veces a la gente de a pie, como vemos hoy en España misma). El transitado “ser para la muerte” del pensamiento de Heidegger (adoptado luego por el existencialismo francés) –un “ser para la muerte” que a veces pienso que lo escribieron sólo para los judíos–, es un mandato ideológico y un imperativo categórico que se hace transparente en el pensamiento del autor de Ser y tiempo. Mi intención en estas páginas es recorrer ese sendero, con sus alternativas y sus errancias, para alcanzar, al menos, una mínima certeza sobre lo que pienso cuando estoy frente a mi propio espejo”. Arnoldo Liberman.

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