Henri y Matilde de Rothschild, una pareja muy singular
EL MICRÓFONO DE ALICIA PERRIS – Henri de Rothschild (1872-1947), proveniente de la quinta generación de la dinastía de banqueros judíos, es un miembro desconocido y atípico de la familia, el único, que no ejerce como financiero. Médico de formación, funda el Hospital Marcadet, se lanza a proyectos exitosos para esterilizar la leche y frenar la altísima mortalidad infantil de la época, financia las investigaciones de radioterapia contra el cáncer de Marie Curie y con seudónimos como Andrés Pascal o Charles des Fointaines, publica decenas de obras de boulevard con un éxito enorme. Crea también el famoso Teatro Pigalle.
Se casó con Mathilde von Weissweiler (nacida aproximadamente hacia 1870, 1926), con la que tuvo 3 hijos. Mathilde sentía predilección por los objetos de arte con calaveras, una sorprendente colección que legó a su muerte al Museo de Artes Decorativas de París, como en su día, otro Rothschild, había dejado el Legado Waddesdon al Museo Británico. La familia tiene fantásticas casas como el Castillo de la Muette, hoy sede de la OCDE en la capital francesa. Una pareja peculiar, fuera de lo común, incluso para los medios aristocráticos donde se movían.
Henri es educado en el respeto a la divisa familiar: concordia, integritas et industria. Gran tirador, como su esposa, amante de la caza, no entrará sin embargo en el ejército durante la I Guerra Mundial, pero ambos participarán en tareas humanitarias en primera fila.
Un gran curioso, se asocia a la creación de la marca de coches Unic con 4 cilindros y se hace construir su propio yate, el Eros. Los avances tecnológicos y las novedades comerciales lo entusiasman. Se compra un Panhard y participa en carreras de coches. Salva de la decadencia a los productos Monsavon, los revende a Eugène Schueller, fundador de L´Oréal. Inventa el embotellamiento de zumos de frutas, el chocolate en polvo Elesca y crea los perfumes Isabey.
En cuanto a los gustos artísticos de coleccionista de su esposa, según Sophie Motsch, comisaria de la exposición que acaba de terminar en Toulouse en la Fundación Bemberg sobre el arte necrofílico de la baronesa (“Ni siquiera me asusto”, es el lema de la muestra), podría estar vinculado, probablemente a la experiencia y la cercanía de la muerte en la guerra y en la caza, que tantas veces experimentó. Pero “es un enigma”, agregó. “Lo que sorprende no es que atesore este tipo de artefactos, algunos valiosísimos, únicos y de rara belleza, sino que lo haga una mujer. Aparte de la pasión de la actriz Sarah Bernhardt por dormir muchos años en un ataúd, para ir familiarizándose con su morada final, no conozco ningún otro caso como este”.
Con estos dos personajes fantásticos de novela, pero muy reales y los rugidos de los motores de la banda de la película Las 24 horas de Le Mans, de Michel Legrand, dirigida por Lee H. Katzin, iniciamos otro Micrófono de Alicia Perris, en Radio Sefarad. Apúntense, que ya estamos en la línea de salida.
Bibliografía:
…HENRI DE ROTHSCHILD, 1872-1947: Medicine and Theater (The History of Medicine in Context) (Inglés), 28 feb 2011, de Harry W. Paul
…« Henri de Rothschild. Un humanitaire avant l’heure », Nadège Forestier, Éditions du Cherche-Midi, 2018, 240 p.
…Los Rothschild. Historia de una dinastía. Herbert Lottman. Editorial Tusquets.
Alicia Perris