Henryk Wieniawski, “el Paganini polaco”
POLIN: JUDÍOS POLACOS, CON ELZBIETA BORTKIEWICZ – Henryk Wieniawski, fue uno de los mejores violinistas del mundo. Nacido en 1835 en Lublin en el seno de una familia de origen judío grandes amantes del arte y sobre todo de la música. Su padre, Tadeusz, fue un cirujano de renombre y su madre, Regina, una médico que ejerció en Varsovia y que fue mecenas de las artes, después de haber estudiado piano en París. El padre de , se convirtió al catolicismo...”en aquel momento no ser judío hacía todo más fácil”, apunta Elzbieta Bortkiewicz. Formado en el conservatorio de París (atentos a la anécdota con Chopin y con el sultán de Turquía que nos narra Elzbieta)
Tras su paso por Irán llegó a Estados Unidos. Regresó a Europa, a Bélgica, dónde protagoniza otra anécdota relacionada con una obra musical y su afición a los juegos de azar. ¿Más? Una de virtuosos del violín con sombreros de copa en un concierto de un violinista checo que no era del agrado de Wieniawski.
Murió muy joven, por problemas del corazón, a los 45 años en Moscú. Gran compositor también, La leyenda, Opus 17 es su obra más conocida, inspirada en el amor de su vida, Isabella Hampron: otra bonita historia protagonizada por Wieniawski pues esta obra ayudó a que los aristocráticos padres de Isabella -que no deseaban el matrimonio- cambiaran de opinión y la pareja finalmente pudo casarse en 1860. Su música, afirma Elzbieta B. está siempre de actualidad y desde 1935 existe el Festival Internacional de Violín Henryk Wieniawski, sólo interrumpido por la Shoá.