MUJERES EN EL HOLOCAUSTO: ÁNGELES Y DEMONIOS, CON ROSA DUQUE – Volvemos a indagar en personajes tan controvertidos como los demonios femeninos que tuvieron un papel protagonista durante la Shoá y que, al menos, igualan en atrocidad a sus homólogos masculinos. En esta ocasión es el turno de Hermine Braunsteiner, más conocida como “la yegua de Majdanek”.
Vamos a conocer a otra de las guardianas nazis más sanguinarias e inquietantes de todo el Tercer Reich. Sin embargo, y aunque le une diversas similitudes con otras figuras del mal descritas con anterioridad como pueden ser Mandel o Grese, existen, en este caso, diferencias significativas que distinguen a esta chica vienesa de sus compañeras.
Una de ellas es que, nuestra protagonista de hoy, a diferencia de las anteriores, era prácticamente analfabeta. Hermine prácticamente no sabía leer, y menos escribir, algo que se debía, sobre todo, a los orígenes humildes de su familia, viéndose obliga a trabajar desde muy pequeña con el objetivo de poder hacer su aportación a su economía familiar.
Fue, precisamente, al final de su adolescencia, y tras varios años de idas y venidas en trabajos precarios que acababa abandonando, cuando Hermine, totalmente imbuida por el discurso embaucador de Hitler, decide alistarse al partido nazi y presentarse voluntaria para el puesto de guardiana de campos de concentración.
Braunsteiner solo fue aceptada, sino que fue destinada rápidamente al campo de concentración de Ravensbrück, donde sería instruida por la docente del mal María Mandel, repitiéndose la historia de profesora-alumna que ya sucedió, y que pudimos conocer también en capítulos anteriores, entre María Mandel e Irma Gresse. Con la diferencia significativa de que, si bien esta circunstancia unió de sobremanera a Mandel y Greese, la relación que iban a entablar Mandel y Braunsteiner iba a ser de todo menos amigable.
Hermine, aún en su proceso de formación, comenzó a destacar rápidamente gracias a sus inhumanos y sádicos comportamientos perpetrados sobre sus presas. Una fama exponencial, la que adquirió en muy poco tiempo la alumna de Mandel, que enfadó, y mucho, a su profesora. Una guerra que acabó con ambas trasladadas a diferentes campos de concentración y exterminio.
La “Yegua de Majdanek” fue trasladada a este campo de concentración, Majdanek, donde no solo aplicaría todo lo aprendido en Ravensbrück, sino que, además, es en su nuevo destino donde dio rienda suelta a sus más bajos instintos y a sus fantasías más horripilantes, que resultan difíciles de imaginar.
Un proceder, el de esta ex guardiana nazi, que, tras múltiples idas y venidas, y tras diferentes entradas y salidas de la cárcel, -y la intervención de Simon Wiesenthal -fue condenada con dos cadenas perpetuas, de las cuales no cumplió ninguna de las dos.
Les animamos a escuchar el programa de hoy, donde podrán descubrir, además, cuál fue el final de uno de las peores exponentes femeninas -se le imputan más de 200.000 asesinatos directos-de las filas de las SS, quien no demostró ni un ápice de arrepentimiento en ningún momento de su vida.
Como siempre, les recomendamos material adicional por si quieren saber más sobre la figura de nuestro demonio de hoy, Hermine Braunsteiner:
Libro I: Mónica G. Álvarez. (2012). Guardianas nazis: el lado femenino del mal. Edaf.
Libro II: Ashman, Charles R .; Robert J. Wagman (1988). Los cazadores de nazis. Nueva York. Pharos Books.