SHÉKET: JUDÍOS EN EL CINE MUDO, CON MIGUEL PÉREZ –
‘Humoresque’ es una película donde se puede comprobar la elevada exigencia intelectual de la que disfrutaba el séptimo arte en la época anterior al sonoro. Filmada en 1920 por Frank Borzage, se apoya en un relato corto de Fannie Hurst, una de las autoras imprescindibles de la literatura americana, tan capaz de retratar la sociedad de principios del siglo XX en Estados Unidos como de abanderar decenas de causas humanitarias a lo largo de 40 años de activismo social.
Hurst cuenta la historia de Leo Kantor, un niño neoyorquino que se convierte en un buen violinista gracias al empeño y la ayuda de su madre. Sin embargo, cuando el joven está a punto de conquistar el éxito es llamado a filas y enviado al frente. Terminada la I Guerra Mundial, regresa a su casa, pero convertido en un hombre afectado por los traumas de la contienda y con un brazo herido, que le imposibilita volver a tocar un violín. Casado con una amiga de la infancia, Minnie, tendrá un hijo que, como él, se inicia como violinista. Al final, reflejado en su pequeño y con el apoyo de su madre y de su pareja, acabará recuperándose y reencontrándose con la música.
La película juega con los saltos en el tiempo de un modo magistral para la época. No era nada fácil condensar en 70 minutos y con el lenguaje visual de 1920 la trayectoria vital de una persona desde la infancia hasta su plena madurez. Frank Borzage, director que paradójicamente hizo sus primeros pinitos en el cine como actor interpretando a un vaquero, estructura el filme en tres niveles. El primero describe la infancia de Leo en un delicioso retrato neoyorquino capaz de situarnos en el espacio y el tiempo recreados por Sergio Leone en ‘Érase una vez en América’. Esta primera parte termina con un plano del protagonista infantil tocando el violín fundiéndose con el personaje-músico de 23 años que saboreará las mieles del éxito antes de partir a la guerra. La tercera parte muestra al Leo más adulto, casado con Minnie y abatido por la depresión que, en los últimos minutos del metraje, vuelve a tomar el violín en sus manos en una metáfora del poder terapéutico de la música y la recompensa al espíritu de superación.
El relato esconde múltiples niveles de lectura social y humana. Leo Kantor nace en una familia del Lower East Side de Manhattan, donde se encuentra buena parte de la comunidad judía de Nueva York. Curiosamente, de ahí surgirían muchos de los magnates que hicieron prosperar los estudios cinematográficos y convirtieron Hollywood en el parque de la fantasía. Hurst indaga así en la vida de esta colectividad en una Gran Manzana en desarrollo y también en las tensiones soterradas entre distintas comunidades de habitantes. Y no sólo eso. La obra explora las huellas morales y convivenciales dejadas por la guerra, sin olvidar la relación entre madre e hijo. Para algunos críticos, es una fiel descripción de amor materno filial y de la fe en la posibilidad de superar los desafíos. Para otros, tiene algo de edípico.
Gran parte del mérito de esta película radica en su guión, que la propia Fannie Hurst adaptó al celuloide. ‘Humoresque’ es uno de los relatos que figuran en el olimpo de la literatura estadounidense junto a otras obras breves de la autora, comparada por la crítica con Mark Twain. Descendiente de una familia de origen judía, Fannie nació en Ohio en 1885 y de joven se trasladó a Nueva York. Pronto se dedicó a las letras con una pasión intensa y una sensibilidad abrumadora. Autora de novelas que hoy llevarían la etiqueta de ‘best seller’ al estilo Fitzgerald o Faulkner y de más de trescientos relatos que pueden encontrarse condensados en varios volúmenes, trabajó prácticamente en todos los campos de la literatura. También demostró su faceta como articulista en los mejores periódicos y revistas de la primera mitad del siglo XX.
Espíritu inquieto, firmó textos dramáticos para el teatro y, aparte de Borzage, Frank Capra fue uno de los cineastas que más insistió para llevarla al terreno de la gran pantalla. Los estudios anhelaban su sentido para el drama social y su capacidad para elaborar personajes consistentes. Suyo es, por ejemplo, el guión de ‘Imitación a la vida’, película protagonizada por Lana Turner en su segunda versión (1959, la primera es de 1934), y que hoy en día está considerada como la mejor obra de Douglas Sirk.
Aquí se aprecia también la pulsión social de Hurst en la tensión racial que viven los protagonistas. La escritora llevó esa misma filosofía a su vida: dedicó buena parte de su dinero a causas sociales y organizaciones de beneficiencia y humanitarias. Entre ellas, fue una activa impulsora de una asociación dedicada a asistir a los refugiados que huían de la Alemania nazi en la década de 1940. Su vida también resultaba peculiar: ella y su marido vivían por temporadas en apartamentos diferentes para conservar su independencia. Y no era hipster.
Ficha técnica:
Título: “Humoresque”
Director: Frank Borzage.
Guión: Fannie Hurst, William LeBaron
Reparto: Gaston Glass, Vera Gordon, Alma Rubens, Dore Davidson, Bobby Connelly, Helen Connelly, Ann Wallack, Sidney Carlyle, Joseph Cooper, Maurice Levigne, Maurice Peckre y Ruth Sabin.
Productora: Cosmopolitan
Fotografía: Gilbert Warrenton.
País: Estados Unidos.
Año: 1920
Género: drama.