Imperialismo europeo y antisemitismo político (2ª parte): la diáspora judía que llegó a Latinoamérica
MILÍM: LA HISTORIA DE LAS DIÁSPORAS, CON ALICIA BENMERGUI – La historia nos dice que los judíos recién pudieron llegar a la América española y también portuguesa después de que fueran eliminados los Tribunales de la Inquisición. Existía un edicto promulgado en 1501 promulgado por los Reyes Católicos que establecía ”no consentiréis ni daréis lugar a que allá vayan ni moros ni judíos, ni herejes ni reconciliados, ni personas nuevamente convertidas a nuestra Santa Fe”. El historiador israelí Haim Avni en su libro “Argentina y las migraciones judías” nos cuenta que “conversos e hijos de conversos, descendientes de convictos de la Inquisición, vástagos de criptojudíos nacidos generaciones después de la conversión forzosa, todo aquel, en suma, cuya ascendencia no pasara la prueba de ‘Pureza de Sangre’, estaba proscripto de las colonias de la corona española. Al extenderse las conquistas y descubrimientos, la prohibición se iba aplicando a los nuevos territorios, y de esta manera fueron incluidos en ella los territorios del sur del continente americano, que con el tiempo constituirían la República Argentina. Pero la frecuente, casi rutinaria, repetición de las proscripciones constituye un índice de que la realidad del Nuevo Mundo no obedecía en todo las leyes. La urgente necesidad de colonos, guerreros, médicos y funcionarios – amén de artesanos, comerciantes, etc., capaces de convertir a las colonias en una fuente de poderío para la metrópoli, hacía que, en ocasiones, los gobernantes mismos hicieran caso omiso de las restricciones…”. Y esta historia continúa…