Johanna Lengefeld, la guardiana “buena”
MUJERES EN EL HOLOCAUSTO: ÁNGELES Y DEMONIOS, CON ROSA DUQUE – En el programa de hoy vamos a conocer a un demonio que, sin duda, va a sorprenderles. Si hasta ahora estábamos acostumbrados a la violencia sin límites que las guardianas de los diferentes campos de concentración y exterminio ejercían sobre sus presas, en esta ocasión, con Johanna Langefeld, vamos a descubrir un perfil que, si bien cuidaba —y mucho— el trato que infligía sobre sus víctimas, las conducía sin rechistar hacia la muerte que las acechaba tras los muros de las cámaras de gas.
Una actitud relativamente benevolente y del todo contradictoria que bien le valió el pasar a la historia por ser conocida como una de las pocas guardianas nazis respetadas por sus presas, sobre todo por las que convivieron con ella en el campo de concentración de Ravensbrück.
Sin embargo, la trayectoria de nuestra protagonista de hoy no se reduce a su estancia en “el Puente de los Cuervos”. Todo comenzó en el campo de Brauweiler, pasando posteriormente —y cronológicamente— por el de Lichtenburg, Ravensbrück —como ya hemos comentado— y Auschwitz-Birkenau, abandonando este último al no poder soportar, según sus propias palabras, lo que allí dentro sucedía, retornado, una vez más, a Ravensbrück, donde finalizaría su carrera dentro del oscuro mundo de las SS.
Fue precisamente a su vuelta a este campo cuando se constató el —incluso— afecto que sus presas sentían por ella: “cuando la vimos regresar, nos sentimos muy aliviadas. Langefeld nos trataba de forma muy humana. A sus ojos, merecíamos respeto porque éramos limpias y trabajadoras. Trató de evitar los castigos, y si lo hacía, eran moderados y por los delitos más graves, como el robo. Por eso, cuando la vimos regresar, nuestra alegría fue grande. Porque Maria Mandl era un monstruo”.
Testimonios de supervivientes, como el que acabamos de citar, de Kamilla Janowycz-Sycz, dibujan el perfil de Johanna. Sin embargo, todas estas afirmaciones no le valieron a Langefeld para librarse de ser detenida con el objetivo de ser juzgada por haber formado parte del equipo de trabajo de los diferentes campos de concentración que ya hemos mencionado.
Un proceso judicial al que nunca acudiría al huir de Polonia gracias a la ayuda organizada de las presas que, tras la noticia de su detención, decidieron salvarle la vida ya que, de haber sido juzgada, a buen seguro hubiese corrido la misma suerte que la de compañeras como Irma Grese o María Mandel.
Material complementario
Documental I: Las Mujeres Alemanas del III Reich. (2021, 30 julio). YouTube.
Web I: C. (2021, 30 enero). ¿Las víctimas salvaron a la verduga? La extraordinaria historia de Johanna Langefeld, una guardiana de Auschwitz. Aleteia.org | Español – valores con alma para vivir feliz.
Libro I: Mónica G. Álvarez. (2012). Guardianas nazis: el lado femenino del mal. Edaf.
Libro II: Marta Grzywacz, Nasza Pani. (2020). Nuestra Señora (Guardiana) de Ravensbrück. W.A.B.
Rosa Duque