“Judas” de Amos Oz, con su traductora Raquel García Lozano
EL MARCAPÁGINAS – Asegura Raquel García Lozano -responsable de la traducción de la obra completa de Amos Oz en nuestro país- que Judas (o El testamento según Judas, como se titula el original en hebreo) es el libro más interesante salido de las manos de Oz en los últimos años. Para muchos lo mejor tras la monumental y hermosa Una historia de amor y oscuridad. Una obra maestra.
Judas, publicada por Siruela, nos habla de traición y de traidores o más bien de supuestos traidores y traiciones. A través de sus personajes Shmuel, Atalia, Gershom Wald y los ausentes pero omnipresentes Judas Iscariote y Saltiel Abravanel -enfrentado a David Ben Gurion en su concepción de cómo debía ser el Estado de Israel- Amos Oz se interroga y nos interpela: ¿traicionó realmente Judas a Jesús de Nazaret o fue su primer, único y verdadero creyente? Si Judas no merece ser calificado como el traidor por excelencia, ¿es justo entonces que el pueblo judío se haya visto representado y por tanto estigmatizado por su causa durante siglos? y más ¿qué hubiera pasado si árabes y judíos hubieran convivido en un mismo país? ¿hubiera sido malo, bueno…posible?
García Lozano nos acompaña en el recorrido por esta novela que es también una crítica a la actitud de los dirigentes políticos ajenos al desgarro y dolor que pueden causar sus decisiones y una nueva carta de amor a Jerusalén, otro de los protagonistas de esta novela que la editorial Siruela presenta así : “En el invierno de 1959, el mundo del joven Shmuel Ash se viene abajo: su novia lo abandona, sus padres se arruinan y él se ve obligado a dejar sus estudios en la universidad. En ese momento desesperado, encuentra refugio y trabajo en una vieja casa de piedra de Jerusalén, donde deberá hacer compañía y conversar con un anciano inválido y sarcástico. A su llegada, una atractiva mujer llamada Atalia advertirá a Shmuel de que no se enamore de ella; ese ha sido el motivo de la expulsión de sus predecesores. En la aparente rutina que se crea en la casa, el tímido Shmuel siente una progresiva agitación causada, en parte, por el deseo y la curiosidad que Atalia le provoca. También retoma su investigación sobre la imagen de Jesús para los judíos, y la misteriosa y maldita figura de Judas Iscariote, la supuesta encarnación de la traición y la mezquindad, va absorbiéndole sin remedio”. Como nos ha absorvido a nosotros Judas, la nueva novela de Amos Oz.