Image Image Image Image Image Image Image Image Image Image

‎1 Heshvan 5785 | ‎02/11/2024

Scroll to top

Top

Judíos africanos (3ª parte): ricos y pobres

Judíos africanos (3ª parte): ricos y pobres

MILÍM: LA HISTORIA DE LAS DIÁSPORAS, CON ALICIA BENMERGUI – Para 1840 los judíos comenzaron a construir una infraestructura comercial para los granjeros boers y establecieron puestos comerciales en las aldeas y en las vías férreas, que pronto se convirtieron en centros comerciales locales. También crearon un sistema de crédito para financiar nuevas industrias. Desarrollaron el transporte marítimo, la pesca y el comercio costero y las empresas azucareras. En esa década, Aaron y Daniel Depass, dos hermanos provenientes de Gran Bretaña, desarrollaron empresas navieras, pesqueras y comerciales costeras en el sudoeste del Cabo. También tenían intereses en los campos de diamantes recién descubiertos en el suroeste de África, y Daniel fue uno de los pioneros de la industria azucarera en Natal. Barney Barnato, posiblemente el primer magnate judío en Sudáfrica, se asoció con Cecil John Rhodes para fundar De Beers Consolidated Mines. Controlaron la producción y comercialización de diamantes con un modelo que ha perdurado hasta nuestros días. En el descubrimiento del oro en la década de 1880, hicieron mucho para desarrollar minas de oro basadas en la riqueza y la habilidad que habían adquirido en la extracción de diamantes. Fueron el legendario Samuel Marks y su socio Isaac Lewis quienes establecieron una serie de industrias en el área de Pretoria. Sus esfuerzos abarcaron la producción de dinamita para las minas, una destilería e incluso una fábrica de vidrio.

En 1887, en Kimberley el descubrimiento de diamantes trajo a gente de todas partes del mundo y por supuesto también llegaron los judíos. Debido a la extracción de los diamantes surgió una población numerosa cuyas necesidades de la vida cotidiana era necesario satisfacer, lo que determinó la existencia de una extensa red de comercio. Los judíos se involucraron de inmediato en la industria de diamantes y piedras preciosas, muchos de los cuales se mudaron al norte de Ciudad del Cabo a Johannesburgo. También actuaron como productores primarios. En la Ciudad del Cabo de Oudtshoorn, durante el auge de las plumas de avestruz en las décadas anteriores a la Primera Guerra Mundial, los judíos no sólo compraron y vendieron plumas, sino que también administraron grandes bandadas estas aves. Ayudaron a conectar una industria local a un mercado internacional. La posibilidad de obtener riquezas de plumas de avestruz o diamantes afectó a algunos inmigrantes. Miles no se establecieron en las ciudades, sino que se mudaron a zonas rurales. Conectaron una industria local a un mercado internacional. Las plumas de avestruz o Marabou fueron un elemento infaltable en la moda de fines del siglo XIX en Europa. Vestidos, sombreros, abanicos e innumerables objetos estaban confeccionados con este material, y su comercio internacional estaba monopolizado por los judíos. Los litvakers que llegaron a partir de 1880 se dedicaron a oficios que practicaban en sus lugares de origen: habían sido carpinteros, sastres, colchoneros y crearon la base de la industria de muebles, colchones y prendas de vestir en Sudáfrica, y también desempeñaron un lugar importante en las industrias del vidrio y la madera. Compraban lana, maíz y pieles a los terratenientes boers y a los aparceros negros por igual, y luego los enviaban a los mercados urbanos y mayoristas para su venta. En 1917, uno de estos judíos creó también al modo tradicional una cadena de tiendas. Estos judíos originarios de los países bálticos trajeron a Sudáfrica mucho más que sus talits y libros de oración. Algunos de los más seculares tenían ideales socialistas. Los trabajadores judíos construyeron la solidaridad sin importar el color de la piel y los orígenes étnicos. Tenían respeto por la erudición y el conocimiento, la preocupación por la educación, una mirada conservadora hacia la observancia religiosa (al menos en lo externo). El idish, la única lengua vernácula utilizada por los inmigrantes de Europa del Este, se limitó a una pequeña minoría.

La historia del judaísmo sudafricano es extremadamente compleja. Implica el tema de las inmensas fortunas acumuladas por los empresarios de origen judío con los descubrimientos de los filones oro y diamantes, lo que generó un profundo antisemitismo, especialmente en Gran Bretaña, donde hasta fueron culpados de la Guerra Anglo-Boer, pese a que Cecil John Rhodes no era judío y que muchos de ellos se habían convertido al cristianismo en sus diversas variantes. Por otra parte, estaban los judíos de origen litvaker, socialistas y otros comunistas, absolutamente opuestos al racismo que implicaba la segregación de la mayor parte de la población negra o de otros grupos no blancos. La mayoría de la población proveniente de Europa oriental no tenía integrantes de observancia jasídica ni conservadores que surgieron posteriormente.

Una gran parte de los judíos sudafricanos fueron profundamente sionistas, y por supuesto, liberales y de izquierda. Dentro de este grupo estaba Isaac Ochberg, alguien que había ascendido de una gran pobreza a una enorme riqueza que lo convirtió en un aportante a la causa sionista, y en un benefactor de pobres y desvalidos como fue el caso de 177 chicos que fueron rescatados de los horrores de la Zona de Residencia y traídos por Ochberg a Sudáfrica en 1921. Eran huérfanos víctimas de los pogromos y de las guerras entre la Rusia Comunista y los Rusos Blancos: fueron llamados los huérfanos de Ochberg. Uno de ellos escribió un libro donde contó los horrores sin nombre que padecieron los judíos de la Zona de Residencia desde 1914 hasta 1922, a saber: la Primera Guerra Mundial; la pandemia de gripe española; la revolución rusa; la lucha polaca por la independencia; pogromos al por mayor perpetrados por las tropas del general ruso blanco Denikin, el héroe ucraniano Symon Petlura y el presidente bielorruso Stanisław Bułak-Bałachowicz; hambrunas provocada por el hombre en Ucrania; y hambre más hambre y enfermedades. Este período y los hechos espantosos sufridos por los judíos son una parte olvidada de la historia judía, completamente eclipsados por el Holocausto, y que ha sido llamado “el holocausto antes del Holocausto”. Muchos de sus detalles fueron encubiertos y son desconocidos, para la mayor parte de la gente. Y esta historia continúa…