JAVERES DEL KURTIJO – Las celebraciones de los matrimonios de los judíos de Marruecos en el siglo XIX comenzaban entre diez y quince días antes de la ceremonia. La noche de novia, también conocida como noche de paños de alheña o beberisca, no tiene, al parecer, una ceremonia equivalente fuera de Marruecos. El saftarray, nombre que recibía el sábado anterior de la boda entre los judíos de Marruecos, es conocido, en las comunidades serfardíes de Turquía y Grecia como shabat de besamano y almosana respectivamente. En Marruecos, el día de la ketubá (el domingo anterior al casamiento), los testigos, padres y familiares se reunían para establecer, en el contrato de matrimonio, las genealogías de ambas familias y las condiciones del enlace “conforme a las costumbres y arreglos de las santas comunidades expulsadas de Castilla”. Lo mismo aplica para el traslado y exposición del ajuar. El traje de paños o berberisca, estaba confeccionado en terciopelo y lujosamente ornamentado con bordados en hilo de oro, en Marruecos se le llama “keswa el k-bira”, y era un regalo del padre de la novia que, ya casada, lo seguía luciendo en apariciones públicas de importancia.
La boda marroquí, en judeoespañol, desde el CIDICSEF de Buenos Aires
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