MÚSICA CLÁSICA – Durante las anteriores dos entregas de Música clásica hemos oído obras dirigidas por el israelí Yaron Gottfried. Hoy volvemos a encontrarlo y nuevamente en la interpretación de una obra orquestal de un israelí, Alexander Uriah Boskovich (que nació en Transilvania cuando era parte del imperio austro-húngaro en 1907 y falleció en 1964). En 1937, Boskovich envió una versión a piano de la obra que escucharemos al director judío Issay Dobrowen, basada en canciones de los judíos de los Cárpatos, y que finalmente fue estrenada en presencia del autor en 1938 por la Filarmónica Palestina, nombre previo a la independencia de la Filarmónica Israelí. Boskovich decidió quedarse y, como afirmó en alguna ocasión, esa decisión le salvó la vida. Su estilo varió adquiriendo influencias de las músicas árabes y del Medio Oriente. En cuanto al director Gottfried, añadiremos las notas biográficas que hemos ido desgranando en el programa anterior que del 2002 al 2013 fue director principal de la Orquesta del Kibutz de Netanya, que ha sido galardonado también como compositor, y que ha dirigido no sólo todas las orquestas más prestigiosas de su país, sino también de Europa y el continente americano, incluida la Banda Sinfónica de Barcelona, y que ha incursionado en géneros populares como en la producción y arreglos del disco de tangos de Yasmin Levy. Oiremos la suite orquestal La cadena dorada compuesta por Boskovich en 1937 con Gottfried al frente de la Filarmónica Israelí, siendo sus partes Nana, Hatzkele Scherzino, El enigma eterno, Y Moisés se regocijó, En lo profundo del bosque, Yame Yame, y Purifica nuestros corazones
“La cadena dorada” de Boskovich, dirigida por Yaron Gottfried
Alexander Uriah Boskovich, Orquesta Filarmónica Israelí, Yaron Gottfried