CINE Y SHOÁ, CON AARÓN RODRÍGUEZ: Helen Mirren es La dama de oro, y -como apunta Rodríguez- cuando decimos “es” nos referimos a que no sólo protagoniza esta película (junto con Ryan Renolds, Katie Holmes, y Daniel Brühl) basada en hechos reales si no que, como suele pasar con esta gran actriz, ella es el principal valor de una película “menor en el panorama holocáustico, pero no desechable”.
La dama de oro es un largometraje narrado en tres tiempos (la pintura del famoso retrato de Adele Bloch-Bauer -la tía de María Altmann, la mujer que recuperó el cuadro expoliado por los nazis- de Gustav Klimt, la anexión nazi de Austria y un presente, el año 1998, donde se litigia por la obra) quizá -señala nuestro experto- demasiado “estático y clasicote”, un melodrama en el que la mayoría de los conflictos “ya los hemos visto contados y rodados mejor”.
Aún así, la película cuenta con hallazgos interesantes al hablarnos de nostalgia, raíces, justicia, tolerancia y redención.