“La danza de los demonios” de Esther Singer Kreitman, con Rhoda Henelde y Jacob Abecasis
SEFER: DE LIBROS Y AUTORES – Presentar a Esther Singer Kreitman sólo como la hermana de Israel Yehoshua e Isaac Bashevis se antoja claramente injusto. La calidad literaria, la hondura de La danza de los demonios, excelentemente traducida como siempre -atención al nutriente prólogo- por Rhoda Henelde y Jacob Abecasis, reivindica a esta escritora que es quizá, nos recuerda Henelde “la primera escritora en idish feminista”.
El papel de la mujer judía en la Polonia de principios del siglo XX, los particulares padres y hermano (Israel, Isaac no había nacido en la época retratada por Esther), el intenso dolor por sentirse poco querida, el amor hacía un joven estudiante judío que convierte la revolución en su nueva religión, las propias ideas progresistas de Esther/Débora, la protagonista, su matrimonio concertado e infeliz, y la Varsovia maravillosamente descrita son algunos de los temas que recorren esta novela autobiográfica de Singer.
Xordica Editorial
Publicada en Polonia en 1936, La danza de los demonios constituye un gran redescubrimiento literario. En esta novela autobiográfica, Esther Singer Kreitman, hermana de los escritores Israel Yehoshúa y del Premio Nobel Isaac Bashevis Singer, retrata vívida y apasionadamente el mundo de los shtetls polacos y la Varsovia judía, un mundo repleto de rabinos, estudiantes de yeshivas, mendigos, granjeros, maleantes, costureras y revolucionarios
Débora, la protagonista, está excluida por ser mujer de los estudios en los que destacan su padre, un ingenio e idealista rabino, y su hermano precoz. Pero ella se rebela leyendo libros que esconde detrás de la cocina, en sus breves incursiones fuera de casa, así como en la atracción clandestina que siente hacia un joven rebelde socialista.
Esta obra magistral proporciona una visión demoledora de un mundo perdido y revela el destino de las mujeres en un momento contradictorio, donde la tradición milenaria colisiona con la modernidad.