EL MARCAPÁGINAS – Un niño, Jacob, confinado en el gheto de Varsovia, es el protagonista de la nueva novela de César Vidal quién nos habla de este libro homenaje a personajes como el director del orfanato del gheto, el pedagogo, escritor y Justo entre las Naciones, Janusz Korczak.
Vidal nos explica el porqué de la elección de la mirada de un niño para contarnos esta historia cruda con final esperanzador, que nos habla también de elecciones personales, y de la actitud que mantuvieron instituciones como la Iglesia Católica en esos días tenebrosos para la humanidad.
Desde la editorial Almuzara, responsables de la edición de La escalera de Jacob afirman: “Transcurridos seis años desde su anterior novela, César Vidal regresa para solaz de sus numerosos lectores con esta historia emotiva y conmovedora, que revisa desde una óptica nueva, marcadamente original, el episodio histórico más vergonzante del pasado siglo. Un relato tan duro como tierno que se instalará para siempre en nuestra memoria, y que, a pesar de su crudeza, está bañado de esperanza y fe en lo mejor del ser humano.
Varsovia, 1942. Jacob, un niño judío, habita en las calles del gueto, donde fue confinado junto con su tío Menahem por los nazis, tras verse separado de sus padres y hermano en el fragor del conflicto que asola Europa. Para vencer las extremas penalidades que conlleva la vida en el gueto, Jacob comercia y trapichea como puede con los más variados enseres y objetos. A su todavía corta edad, ha hecho del contrabando a baja escala su medio de supervivencia. Siempre que puede, ayuda también a dos hermanas huérfanas, Esther y Sara, a quienes lleva casi a diario un trozo de pan, una patata o una simple pero muy preciada zanahoria.
El pequeño Jacob tiene un peligroso y cruel enemigo en Daniel, uno de los policías elegidos por los nazis entre los propios judíos para pastorear a la comunidad caída en desgracia. Pero encontrará también un valioso y providencial aliado en el doctor Korczak, intelectual eminente y hombre de buen corazón, que se ha convertido en benefactor de más de doscientos niños, a los que acoge y alimenta en una suerte de orfanato; un islote de paz en medio del horror. Sin embargo, lo que Jacob y el resto de los habitantes del gueto desconocen aún, es que el principal jerarca de las SS, Heinrich Himmler, ha decidido zanjar para siempre el problema judío mediante un plan denominado la Solución Final, que pretende llevar a efecto en breve”.