La fotógrafa Annie Leibovitz revisita sus primeros años
EL MICRÓFONO DE ALICIA PERRIS – Envuelto en el aria El Toreador, de la Carmen de Bizet (Annie da más ese tipo psicológico que el de la protagonista, una cigarrera enamoradiza y conquistadora de hombres), llega este nuevo episodio de El Micrófono de Alicia Perris. La versión es de Sir Bryn Terfel, que dio un recital maravilloso el pasado 22 de febrero en el Teatro Real, cuya segunda parte estuvo prácticamente al completo dedicada a música judía, como la obertura de La bella Hélène de Jacques Offenbach, Die Moritat von Mackie Messer de Kurt Weill, o la inefable y expresiva “Si yo fuera rico” de El violinista en el tejado, con libro de Sholem Aleijem y música de Bock y Harnick. A Bryn Terfel, un galés muy seductor, que cantó y enalteció la tradición de la música judía en su reciente recital del Teatro Real, le dedicamos este Micrófono, haciendo que su voz acompañe también, la última muestra en Los Ángeles de una fotógrafa excepcional, “Annie Leibovitz revisita sus primeros años”, en la galería Hauser and Wirth.
No hay voyeurismo en el trabajo de Leibovitz, sino tan solo la necesidad de comprender, gráficamente, por dónde discurren las vivencias cotidianas, la constelación de sentimientos compartidos con otros, la pérdida anunciada, el duelo, el goce. Va mucho más allá del retrato, de la captación momentánea del ser, del individuo, construye un escenario, participa de él y lo engrandece con la belleza y el desparpajo de una creación única y personal.
La fotógrafa más famosa del mundo actual nació en Waterbury, Connecticut en 1949 y pasó su infancia en bases militares, porque su padre, Samuel (de origen judío, como su progenitora) pertenecía al ejército de los Estados Unidos. Su madre era Marilyn Heit, bailarina, pupila, en tiempos, de Isadora Duncan. Eso explicaría la debilidad de la artista por el mundo de la danza y sus fotos, intensas, de Baryshnikov en una playa, llevado en brazos de otro bailarín. Vivió en un kibutz, en su día, como tantos otros, y participó, como tantos otros, en una excavación arqueológica. Estudió en el Instituto de Arte de San Francisco y en 1970 comenzó a colaborar con la revista Rolling Stone, para la que realizó 142 portadas. Con ella cubrió la gira de los Rolling del 75 y la famosa dimisión de Richard Nixon tras el Watergate. Se incorpora en 1983 a Vanity Fair y a Vogue en 1998. Ha llevado a cabo campañas publicitarias de todos conocidas para Givenchy, Gap, la serie Los Soprano y American Express.
Reside en Nueva York con sus tres hijas, la primera (Sarah) habida por cesárea alrededor de su cincuentena – otro milagro de la artista-, además de Susan y Samuelle, gracias a la interposición del embarazo de otra mujer. Tiene muchos premios, entre los que destacan el Príncipe de Asturias ex aequo con la socióloga marroquí Fátima Mernissi, la Medalla de Honor del Barnard College y el de Comandante de la Orden de las Artes y las Letras del Gobierno Francés.
Alicia Perris
Bibliografía de urgencia: “Life through a lens”, DVD de Barbara Leibovitz, de Avalon.