LAS EDADES DEL TOTALISTARISMO, CON RICARDO LÓPEZ GÖTTIG – En 1941 Hitler decide que llegó la hora de acabar no sólo con el temido baluarte del comunismo, la URSS, sino también de hacerse con el objeto del deseo dominador de los nazis, que siempre consideraron el Este el territorio de expansión por antonomasia de los alemanes desde La Edad Media, donde se encontraba su espacio vital. Se habló de cruzada contra los enemigos de la civilización occidental, entendida en términos de jerarquía surgida de los primigenios conquistadores arios. La guerra contra el comunismo oriental sería la piedra de toque del Nuevo Orden de la Europa nacionalsocialista y muchos colaboracionistas y simpatizantes del fascismo la jalearon con entusiasmo y participaron de la empresa: la España de Franco, Italia, Francia, Países Bajos, Rumanía, Hungría, Finlandia o los países del Báltico, además de unidades voluntarias de otros países. Los planes de colonización del Este incluían una verdadera remodelación racial de Eurasia, en los que el deplorable exterminio de los judíos era sólo uno de sus apartados. Aquellos que no perecieran asesinados serían desplazados de sus hogares en unas condiciones terroríficas para dejar lugar a los colonos alemanes. El megalomaníaco Plan General Este anunciaba a los rusos un destino infernal. Serían diezmados con medidas abortivas y contraceptivas como si de una plaga se tratara. Tal menoscabo de la dignidad humana impulsó a muchos a combatir en la guerra patriótica por la Madre Rusia, fundamental para entender la derrota del sanguinario imperio nazi.