La “Jodenstraat” (la “Calle de los Judíos”), la Sinagoga y el cementerio judío en el Brasil holandés
LOS PASOS DE SEFARAD EN EL NUEVO MUNDO, CON DAVID ROSENTHAL – Todo judío, en cumplimiento de los preceptos religiosos, debía frecuentar diariamente la sinagoga para participar en sus servicios, rezos y festividades. Se comprende así, que en las distintas comunidades judías se construyera o, por lo menos, se tomara en arriendo un edificio con este fin. Este había de ubicarse en un lugar cercano a la residencia de los miembros de la congregación correspondiente. En Recife, un número importante de los sefardíes tenía sus casas en “Bockestraat”, en las inmediaciones de una guardia militar, llamada “Bockewacht”. Por la gran concentración de población judía en esta calle, se la conocía también por “Jodenstraat” (Calle de los Judios), nombre con que aparece en los documentos portugueses, después de la recaptura de Recife en 1654. Allí funcionaba el mercado, donde se realizaba, entre otras cosas, la venta de esclavos negros, tal como se comprueba en una acuarela de Zacarias Wagener, de quien se sabe permaneció en el Brasil holandés entre los años 1634 y 1641. En esta calle vivía un grupo de los sefardíes más ricos y destacados, cuyos nombres se mencionan en el “Inventário” de propiedades existentes en el lugar, confeccionado por orden de las autoridades portuguesas después de recuperar la ciudad. Otros sefardíes poseían casas en “Pontstraat” (Calle de la Balsa), continuación de la “Bockestraat”. Casi todas las casas se usaban indistintamente como vivienda o como tiendas comerciales. La “Calle de los Judíos” recibió, a partir de 1654, los nombres de “Rúa do Bom Jesus”, primero, y de “Rúa da Cruz” después. No sufrió grandes modificaciones hasta fines del siglo XIX, cosa que se aprecia en los numerosos grabados de esta época. Incluso, una de sus características sobresalientes, el hecho de que sus dos costados no corran paralelos se mantiene en la actualidad.