A FONDO – Desde Badajoz, desde el pueblecito de Almendral, (con unos 1.200 habitantes) su cronista oficial José Joaquin Perez Quedejo nos habla de su judería, la de la localidad y la “suya” pues este investigador amateur ha descubierto los límites y situación de la antigua zona judía gracias a su trabajo.

Un trabajo que comienza al leer un documento de 1701, que analiza la conexión judía presente en el libro El Secreto de los Peñaranda: El universo judeoconverso de la Biblioteca de Barcarrota Siglo XVI y XVII de Fernando Serrano y al conocer la historia de familia Artero atacados por ser descendientes de judíos, con sanbenito en la Iglesia de San Pedro (en cuyo ábside José Joaquín Pérez ha localizado un maguen David)  

La zona conocida como “El puerto del judío”, o frases como “no escupas en el suelo que eso es cosas de judíos” son rastros de la presencia judía en Almendral antes y después de la Expulsión de 1492.  Sin vestigios materiales de la judería, Pérez Quedejo, nos cuenta,  mantiene eso sí un pequeño “museo” con, por ejemplo,  “una menorá marcada en la barriga de una tinaja”. 

Además este cronista de lo judío en este interesante pueblo de Badajoz nos anuncia que próximamente el Ayuntamiento almendralense -por decisión de la anterior alcaldía y la actual- señalizará la judería con un azulejo (el que sostiene el propio José Joaquin Perez Quedejo en sus manos), muy cerca de la Ermita de los Santos Mártires, recuperando así la memoria de su historia judía, cerca de una placita, en las afueras…