DIARIOS DE LA SHOÁ – Fumiko Ishioka directora del Centro Educativo sobre el Holocausto de Tokio, comenzó a pedir a museos e instituciones de todo el mundo objetos de los que habían sufrido la persecución de los nazis. Quería documentar su trabajo, que los niños que asistían al Centro se pudieran acercar también así a la Shoá. En marzo del año 2000, una maleta llega al Centro Educativo. En el exterior de la maleta, de las confiscadas en Auschwitz, con pintura blanca, pueden leerse las siguientes palabras: «Hannah Brady, huérfana, 16 de mayo de 1931». Al ver aquella maleta, los niños que acuden a este centro de la Memoria en Tokio se preguntan: «¿Quién era Hannah y qué le sucedió?», y buscan a Fumiko Ishioka, la responsable del centro, para que responda a sus preguntas.
Queriendo conocer la historia de Hannah, Ishioka comienza un viaje por Europa y Norteamérica lleno de emociones e intrigas en busca de pistas sobre el misterio de la maleta. Sus pesquisas señalan una pequeña ciudad de Checoslovaquia, Nove Mesto, donde setenta años antes vivían felizmente, antes de la invasión nazi, Hannah y su familia. La búsqueda de Fumiko Ishioka culmina en Terezin. Allí conoce la verdad. Qué Hanna había sido asesinada en Auschwitz.
Karen Levine, la autora de La maleta de Hannah, (Ediciones Obelisco) nos cuenta en su libro -con prólogo de Desmond Tutu- la historia de Hanna y su familia y también la de Fumiko Ishioka y la de unos niños japoneses dispuestos a no olvidar.