JAVERES DEL KURTIJO – Una noche antes de la circunsición, en algunas comunidades sefardíes, como la de Salónica, tenía lugar la “noche de la viola” (en hebreo el šemir ‘guardia’), una celebración de carácter popular. Tal como refiere Michael Molho, “en primer lugar, un rabino pronunciaba un sermoncito de circunstancias, que terminaba con el Qaddiš, que se recitaba cantando. Un coro de niños dirigido por un cantor profesional y, acompañados por una orquesta a la turca – un violín, un laúd y una pandereta- entonaba cantos hebraicos y judeo-españoles, donde repetidas veces se menciona al profeta Elías. Servíanse dulces a los invitados, que poco después se retiraban dejando en la casa a los íntimos de la familia, que continuaban su pasatiempo hasta una hora avanzada de la noche”.