DE ACTUALIDAD – El analista de defensa Jesús Manuel Pérez triana nos sorprende esta vez con su análisis de lo que ya se está empezando a conocer como Nueva Guerra Fría. Asistimos al fin de la era unipolar estadounidense surgida tras el fin de la Guerra Fría y que alcanzó su cénit con la invasión de Iraq en 2003 y la expansión de la OTAN hasta las fronteras de la antigua URSS en 2004. Emerge un nuevo bloque antagónico a la hegemonía estadounidense y a la democracia liberal formado por Rusia, el Eje de la Resistencia en Oriente Medio y los principales países de la Alianza Bolivariana en Hispanoamérica.
Rusia es el país central en este bloque. Es el principal proveedor de armamento de Venezuela y Siria. Tras años de presiones y negociaciones con Occidente e Israel, Rusia podría empezar pronto a vender armamento avanzado a Irán. Irán es el país central del Eje de la Resistencia. Su ayuda económica y militar ha sido fundamental para la supervivencia del régimen de Assad. Irán es también el principal apoyo económico y militar de la organización libanesa Hezbolá, fuertemente comprometida en la guerra siria. La alianza cubano-venezolana forman el núcleo del subloque regional hispanoamericano en la Nueva Guerra Fría mientras Nicaragua y Ecuador mantienen lazos económicos más estrechos con China.
La Nueva Guerra Fría no sólo tiene elementos de pugna geopolítica sino que tiene una vertiente ideológica que se manifiesta en el terreno de la información e ideas. Tras unos inicios dedicados a destapar casos de corrupción y violación de los derechos humanos en países de África y Asia, la agenda política de Wikileaks se centró en atacar a Estados Unidos. Las promesas de destapar secretos de Rusia y China se desvanecieron. Tras presentar un programa en la televisión rusa, hoy Assange vive recluído en la embajada ecuatoriana en Londres y defiende las acciones rusas en Ucrania. Una abogada de Wikileaks ayudó a Edward Snowden a huir de Hong Kong a Moscú, donde ahora vive protegido por las autoridades rusas.
El mundo de habla hispana es también un campo de batalla en el terreno de la información y las ideas en la Nueva Guerra Fría. Así tenemos el canal en español de Russia Today, el canal iraní Hispán TV y del canal hispanoamericano TeleSur. Por ejemplo, en palabras de Pablo Iglesias: “A los iraníes les interesa que se difunda en América Latina y en España un discurso de izquierdas porque afecta a sus adversarios”. Argentina no forma parte de la Alianza Bolivariana pero su gobierno ha mantenido estrechas relaciones con el de Venezuela, además de haber impulsado acuerdo con Rusia e Irán. La reciente muerte del fiscal Nisman está relacionada con su investigación de los intentos del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner de enterrar la causa AMIA para desbloquear los acuerdos con Irán.
Aparte de Rusia y las dos alianzas regionales, en esta Nueva Guerra Fría hay que prestar atención a los partidos anti-establishment que han surgido o ganado auge tras la crisis económica europea. El Front National francés, la coalición griega SYRIZA y el español Podemos coinciden en defender la retirada de su país de la Alianza Atlántica. Los tres coincidieron en su voto negativo al tratado de asociación de la Unión Europea y Ucrania. La influencia en otros países se ha llevado a cabo financiando partidos políticos, como el préstamo ruso al Front National francés, el caso del maletín con dinero venezolano en Argentina, la financiación iraní del Parti Antisioniste francés y los flujos de dinero venezolano a entidades españolas vinculadas al núcleo duro de Podemos antes de su fundación. En Francia encontramos personajes como Thierry Meyssan y Dieudonné Mbala Mbala con conexiones en el Front National y la Nouvelle Droite por un lado y vínculos con Siria y Hezbolá por el otro lado. En el caso de Voltairenet, la organización dirigida por Meyssan, se marcharon miembros fundadores denunciando su nueva agenda política y la financiación mediante “fondos de reptiles” extranjeros. El nuevo gobierno griego SYRIZA-ANEL transciende la divisoria izquierda-derecha con un programa político anti-troika, a favor de renegociar la deuda y anti-austeridad pero también con convergencias geopolíticas. SYRIZA es anti-OTAN y anti-Israel mientras que ANEL es antisemita. Ambos son prorrusos.
Rusia, Irán y Venezuela dependen enormemente de la exportación de petróleo, que sigue bajando de precio en los mercados internacionales. 2015 será un año interesante.
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