MAHLER: EL COMPOSITOR NACIONALISTA DE LA ASIMILACIÓN – La Segunda Sinfonía en do menor de Gustav Mahler es lo que se conoce como una “sinfonía coral”, conocida como Auferstehung (Resurrección, en alemán), por la musicalización de la oda del mismo nombre de Klopstock. Fue compuesta entre 1888 y 1894. Dicha obra nació como Totenfeier (Ritos fúnebres), un poema sinfónico en un movimiento basado en el drama poético Dziady del poeta polaco Adam Mickiewicz, que Mahler terminó en 1888. Cuando ya comenzaba a adquirir prestigio y estima como director de orquesta, presentó su obra al entonces eminente director Hans von Bülow, que tuvo una reacción sumamente desfavorable y la consideró antimusical. Profundamente desanimado, no obstante no abandonó su obra y posteriormente regresó al movimiento, agregando tres más a fines de 1893. Dejó la obra por un tiempo, sintiendo que necesitaba un final.
En el funeral del citado von Bülow en 1894, se oyó una musicalización de la oda sobre la cual basaría finalmente Mahler la composición, que finalizó después de algunas modificaciones, y que fue publicada por primera vez en 1897. La sinfonía es de capital importancia en la evolución del género, tanto por sus gigantescas dimensiones como por el nuevo enfoque a la hora de fusionar voz y música dentro de una composición de estas características, que se constituye en el primer intento con éxito de ir más allá del punto al que llegó Beethoven en su Novena. Mahler pudo dirigirla en Ámsterdam en 1904, donde su música era muy apreciada, y en 1908 en Nueva York. En la actualidad es una de las sinfonías predilectas del público.