“La simbiosis imposible. Escritores judíos en la Alemania de entreguerras”, con su autor Francisco Uzcanga Meinecke

SEFER: DE LIBROS Y AUTORES – “Una explosión de talento y ese no sé qué” propio de los escritores judíos  son dos de los atributos que apunta Francisco Uzcanga Meinecke para contestar a preguntas como ¿por qué durante la república de Weimar en el Berlín de los ’20 los autores más importantes eran judíos? La simbiosis imposible.  Escritores judíos en la Alemania de entreguerras”,analiza este fenómeno estudiando la vida y obra de autores como Stefan Zweig, Joseph Roth, Gabriele Tergit, Alfred Döblin, Anna Seghers, Franz Hessel, Else Lasker-Schüler, etc etc, autores que, afirma Francisco Uzcanga, respondían al interés judío por la cultura,  tenían mucho que decir, y en los que “la marginalidad actua como motor”.  “Lo urbano, el cosmopolitismo, el sentido del humor como vacuna contra lo que estaba por llegar” les caracterizaba. También la brillantez en este periodo de la historia previo a la oscuridad nazi.

Báltica Editorial. El deslumbrante periodo cultural que vivió Alemania entre las dos guerras que asolaron el siglo XX estuvo fuertemente marcado por la presencia judía, sobre todo en el campo de la literatura y del periodismo en lengua alemana. Basta citar los nombres de Stefan Zweig, Joseph Roth, Gabriele Tergit, Alfred Döblin, Anna Seghers, Franz Hessel, Else Lasker-Schüler, Kurt Tucholsky, Lion Feuchtwanger, Egon Erwin Kisch, Alfred Polgar, Arnold Zweig, Ernst Toller, Masha Kaléko, Gabriele Tergit, Alfred Kerr… Un esplendor y una influencia que contrastan con el escaso peso demográfico de la comunidad judía en Alemania, apenas un 0,8% de la población, y con su fuerte asimilación.

Este libro se construye a partir de una reflexión sobre la vida y la obra de estos autores, poniendo el foco en los vínculos con su origen judío, una relación compleja, ambigua y experimentada en un entorno de creciente hostilidad. Se trata de aportar algo de luz a la cuestión de por qué los escritores judíos se identificaron tanto con la República de Weimar, hasta el extremo de generar la ilusión de una Alemania democrática y cosmopolita, y en qué medida esta identificación influyó en el odio exterminador del nacionalsocialismo. No hace falta decir que el destino de la mayoría de ellos fue trágico y que aquel periodo ha quedado en la memoria como un paraíso perdido, el sueño siempre posible de una Europa multiétnica y abierta.

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