“Las mujeres de la casa de las lilas”, de Martha Hall Kelly, con Susana Herman

SEFER: DE LIBROS Y AUTORES – “Una historia de resistencia y de esperanza, de solidaridad femenina”. Ésta es una de las definiciones que la editora Susana Herman aplica a la novela Las mujeres de la casa de las lilas (Maeva), que nos sitúa en el campo de concentración de Ravensbrück -conocemos a víctimas y a una verdugo- y a la acción humanitaria de alguien que quiso escuchar y ayudar a las sobrevivientes, en una casa en la que “las lilas sólo florecen tras un duro invierno”.

Septiembre de 1939. Tres mujeres en tres lugares del mundo viven el comienzo de la Segunda Guerra Mundial de manera muy diferente.
Estados Unidos: Caroline Ferriday, pertenece a una familia acomodada y trabaja como voluntaria para la embajada francesa en Nueva York.
Polonia: la joven Kasia Kuzmerick debe madurar de golpe después de que las SS detengan a su padre y ella se convierta en correo para la resistencia polaca.
Alemania: Herta Oberheuser, una ambiciosa doctora, acepta trabajar para el régimen nazi sin sospechar que se adentra en un territorio cruel dominado por los hombres.
Sus historias acabarán uniéndose cuando Caroline y Kasia se decidan a buscar justicia para las mujeres olvidadas del campo de concentración de Ravensbrück.

Caroline Ferriday fue una filántropa estadounidense y el personaje real que ha inspirado a la autora. En una de sus visitas a París conoció la historia de las Conejas de Ravensbrück, un campo de concentración solo para mujeres que no estaba dedicado al exterminio de los judíos, por lo que su historia tardó en aparecer ante la opinión pública. Caroline Ferriday inició un proceso de rescate de estas mujeres olvidadas que sobrevivieron al campo de Ravensbrück, y consiguió que 35 de estas mujeres pudieran viajar a Estados Unidos para recuperarse física y psicológicamente.

Kasia Kuzmerick es el personaje que la autora ha creado basándose en Nina Ivanska, una “coneja” de Ravensbrück. En el campo, Nina escribía mensajes codificados en las cartas que las prisioneras podían enviar a sus familiares, contribuyendo a que lo que ocurría en Ravensbrück saliera a la luz y a desenmascarar a Herta Oberheuser. En la novela, Kasia es una chica polaca de 17 años con un importante papel a la hora de las comunicaciones con el campo. Tras unirse a la resistencia polaca contra los nazis, es arrestada y transportada a Ravensbrück junto a su madre y su hermana, convirtiéndose así en “conejas”.

Herta Oberheuser fue un personaje real, una ambiciosa médico dispuesta a todo y comprometida con la causa nazi. Debido a la difícil situación económica que atravesaban sus padres, comenzó a trabajar como enfermera en el campo de Ravensbrück con la ambición de ejercer la medicina en un sector dominado por hombres. Fue en el campo donde Oberheuser vio despertar el demonio que llevaba dentro y realizó todo tipo de experimentos médicos con las Conejas. Después de la Guerra, no se arrepintió y fue condenada durante el Juicio a los Doctores en Nuremberg en 1947.

Scroll al inicio