SEFER: DE LIBROS Y AUTORES – “Me llamo Belén Hernández Grande y recientemente, la Editorial Verbum ha publicado mi última obra. Se trata de un poemario titulado “Las Musas se contaban por millones” y es mi modesto homenaje a la comunidad judía que pereció, así como a todos los que sobrevivieron al horror”. Así tuvo la amabilidad de escribirnos Belén Hernández para presentarnos un poemario en el que nos habla la Poesía, con una voz que es, ante todo homenaje, y también denuncia, crítica, ironía y ternura.
Ed. Verbum. Un viaje por el continente europeo aparentemente en paz y escarmentado con los horrores de la I Guerra Mundial, este es el escenario de Las Musas se contaban por millones, una colección de poemas cuyo punto de partida es Suiza, sus gentes, sus lenguas, sus paisajes pero en el aire un eco, una reverberación suena en tono acusativo… “neutral”. Cambio de escenario, esta vez nos adentramos en Alemania, ascenso de Hitler como insignia nacional y muestra de heroico patriotismo. La situación se vuelve peligrosa para la población judía, que asiste a las primeras medidas represivas contra ellos; ahora son declarados como enemigos peligrosos de la nación alemana … y los trenes comienzan a recorrer el continente.
Europa parece un hormiguero donde no hay lugar para los débiles: Austria anexionada, Polonia masacrada, Francia ocupada, la milicia encabeza la resistencia; Hungría cae arrodillada ante el dominio nazi … y vuelta a una Alemania donde hasta las piedras lloran y el cielo se olvida de ser azul y libre. Cada vez el aire es más denso, más oscuro, polvoriento. Hay quien dice que oye llantos, súplicas, terror, y después: silencio, todo permanece en un silencio inquietante que tan solo el crepitar de los hornos crematorios se atreve a romper. Para relatar estos años de crueldad irracional, la autora se vale del verso como forma más tierna a veces, dura y sarcástica otras tantas, para dar voz a los once millones de inocentes que perecieron.
Además, serán muchas las ocasiones en que el lector se encuentre con las lenguas maternas de cada lugar, ya que, a menudo, hay sentimientos, situaciones, que requieren de su propio idioma para no perder ni un ápice de sentido, de potencia expresiva. Este es el trabajo inspirado en el sufrimiento del Holocausto y dedicado a once millones de Musas.