EL BUEN NOMBRE, CON ALEJANDRO RUBINSTEIN – A la hora de elegir nombre no sólo hay que tomar en cuenta la intuición, sino también la historia. Por ello, los judíos no solemos usar algunos nombres que aparecen en la Torá (la biblia), pero con historias cargados de connotaciones negativas, como Caín, su bisnieto (y asesino) Tuval Caín, Terah (el idólatra padre de Abraham), Harán (su hermano), Lot (el escandaloso sobrino), ni siquiera los de las 20 generaciones que lo antecedieron pero no vivieron en el monoteísmo, a los que agregaríamos Amon, Moab, Nimrod, Betuel, Labán Esaú, Elifaz ni, por supuesto, Amalek