“Lo que queda de nuestras vidas” con Zeruya Shalev
SEFER: DE LIBROS Y AUTORES – Nos presentó su libro “la voz femenina más importante de la literatura israelí contemporánea” Zeruya Shalev –atentos a su opinión sobre este importante “título” que le otorgan los críticos- justo un día después de que su familia hubiera tenido que abandonar su hogar en Haifa a causa de los incendios intencionados que asolaron el norte de Israel.
Shalev nos habló sobre esta nueva forma de terrorismo, del boicot que sufren los intelectuales de su país no sólo en Europa, de su condición como víctima del terrorismo ( sucedió en Jerusalén en 2004. Regresaba a casa tras dejar en la guardería a uno de sus hijos, cuando un terrorista palestino se hizo estallar contra un autobús. Murieron once personas. La explosión le afectó el rostro, las manos y le destrozó una rodilla) y de su papel como integrante de un grupo de mujeres (judías y palestinas) en busca de la paz.
Cómo no, también opinó sobre la familia como escenario de la vida y sobre la familia protagonista de su Lo que queda de nuestras vidas publicado por Siruela, su libro, nos dijo “más ambicioso y también el más romántico”. Y es que todos, personajes o no literarios, afirma Shalev, “nos pasamos la existencia buscando el amor”.
Zeruya Shalev, la voz femenina más importante de la literatura israelí contemporánea, presenta en su nueva novela un impactante y emotivo retrato de padres, hijos y los sentimientos y resentimientos que los unen y los separan.
Mientras Hemda Horowitz agoniza en un hospital de Jerusalén, examina con amargura lo que ha sido su vida: su juventud en el kibutz, incapaz de cumplir con las exigencias de su padre, un severo colono; su matrimonio sin amor con un superviviente del Holocausto igual de rígido, y la relación con sus dos hijos, de los cuales amó demasiado a uno mientras que a la otra no fue capaz de quererla de la misma manera.
Abner, el varón, se ha convertido en un hombre insatisfecho con su trabajo y torturado por un matrimonio lleno de resentimientos, lo que, mientras permanece en la clínica junto a su madre, le llevará a obsesionarse por una hermosa mujer con la que entablará una extraña y delicada relación.
Dina, la hija, se ha casado con un fotógrafo de carácter taciturno y ha dejado de lado sus aspiraciones profesionales para dar a Nitzan, su hija adolescente, el afecto que ella misma nunca recibió de su madre. Pero a medida que la joven va apartándose de ella, se verá invadida por el deseo de adoptar a un niño, a pesar de la firme oposición de su familia.