“Lore” (2012), de Cate Shortland (Australia – Alemania – Reino Unido)
FILMOTECA, CON DANIELA ROSENFELD –
Guion: Cate Shortland y Robin Mukherjee. Reparto: Saskia Rosendahl, Kai Malina, Nele Trebs, Ursina Lardi, Hans-Jochen Wagner, Mika Seidel. Premios: Premio del Público, Festival de Locarno. Festival de Valladolid, Mejor Opera Prima
La primera escena del film nos presenta a Hannelore Dressler (Lore) tomando un relajado baño, seguramente la única escena relajada del film. La familia Dressler no es una familia alemana común, forman parte de la elite de las SS. Son los últimos días de la guerra y el padre ha regresado a casa, pero no para reencontrarse con sus seres queridos, sino para abandonar juntos el hogar familiar antes de que lleguen las fuerzas aliadas. No pasarán mucho tiempo en familia: Lore y sus cuatro hermanos, el menor es un bebe de meses, quedarán a merced de su destino mientras intentan llegar solos a la casa de su abuela en Hamburgo a través de un territorio ocupado por las fuerzas vencedoras, en un país que sigue llamándose Alemania pero que les resulta totalmente desconocido. En el camino se encontrarán con una serie de personajes, entre los que destaca especialmente un chico que tiene documentación judía, y que los acompañara en gran parte de su largo viaje (curiosamente los personajes jamás atraviesan grandes ciudades, moviéndose por bosques, refugios y zonas desoladas y fronterizas entre los bloques británicos, soviéticos y norteamericanos de la Alemania de posguerra). Estos personajes ayudaran a Lore a entender un poco más lo que sucede a su alrededor.
Partiendo de una de las historias del libro The Dark Room, de la novelista británica Rachel Seiffert, Shortland y su coguionista Robin Mukherjee plantean el relato como una fábula de supervivencia, un viaje de aprendizaje y maduración, especialmente para la adolescente Lore, quien incluso pocos días antes del suicidio de Hitler sigue creyendo en la inminencia de la “victoria final” y las cualidades de superhombre del Führer. También del texto original toman al personaje de Thomas, el joven judío que, aparentemente, acaba de ser liberado de un campo de concentración y que despertará las reticencias de Lore, nacida y criada bajo un antisemitismo visceral (cree, como muchos, que el Holocausto es una mentira y las fotos de los campos de concentración se hicieron con actores posando).
Shortland dirige con mano firme la historia y consigue algunos de los momentos más potentes de la película en escenas especialmente duras, logrando que una simple imagen sea suficiente para evocar en el espectador las mil y una caras del horror. Otro logro de Shortland es que la protagonista nunca hace ningún esfuerzo por caernos simpática, ni busca compasión. Estando claro que su situación es desesperante, y a pesar de viajar cientos de kilómetros con tres niños y un bebé a cuestas, con apenas unas joyas para canjear por comida, la mirada de Lore es una mezcla de confusión y orgullo, entre desafiante y abrumada que jamás nos deja saber qué piensa realmente. Esa ambigüedad, sólo traicionada por su actitud sobre al final de la película, es uno de los puntos mas interesantes del film. La generación de Lore es la que tendrá que lidiar con las consecuencias de las tremendas actitudes de sus mayores. Y les llevará muchos años poder hacerlo.
Lore no sería la misma película sin la eficaz y perturbadora presencia de la actriz Saskia Rosendahl, encargada de dar voz y rostro a un papel extremadamente difícil, por las complejas y sutiles transformaciones que sufre a lo largo de su viaje, hasta llegar a su destino. En la casa de su abuela, que parece haberse detenido en el tiempo, ajena a los profundos cambios que se han producido y a los que vendrán. Lore comprenderá, de la forma más terrible, que otra sociedad y otras formas de relacionarse son posibles.