MÚSICA CLÁSICA – El piano mecánico automático Welte-Mignon fue el primer instrumento musical mecánico que hizo posible la reproducción auténtica de piezas musicales para piano, actuando como un piano reproductor. En el año 1904 se realizaron las primeras grabaciones y los pianistas más famosos de este tiempo grabaron sus obras en el Welte-Mignon. La empresa Welte sacó al mercado 5.500 grabaciones hasta 1932, entre ellas muchas piezas de ópera, también música ligera y bailable. En 1928 se realizaron las últimas grabaciones de música clásica. A partir de ese momento hasta el final de la producción de rollo para piano en 1932 se grabaron solamente obras de música ligera.
Gracias a esta tecnología que hoy parece obsoleta, no obstante, podemos contar con grabaciones de la máxima calidad sonora, como estas publicadas de 1986 a partir de la interpretación de artistas que han pasado a la historia, pero en su juventud, como el pianista ruso (luego estadounidense) Vladimir Horowitz (1903-1989), de origen judío, que poseía una técnica legendaria en la que destacaba por la excitación emocional y su riqueza tonal, además de su virtuosismo increíble e incandescente y por su gran inventiva pianística. Es considerado uno de los más extraordinarios y geniales pianistas de la historia.