“Los hundidos y los salvados”, de Primo Levi
CARTAS DE BABEL – Primo Levi nace en Turín, Italia, en 1919, de familia judía piamontesa de origen sefardí y muere en 1987, en la misma casa que le vio nacer, cayendo por la escalera interior de un tercer piso. Se duda si fue accidente o suicidio.
Recién licenciado en químicas, y no encontrando trabajo por su condición de judío, se unió a la Resistencia italiana antifascista. Fue capturado, entregado a los alemanes e internado en el campo de concentración de Fóssoli (solo para judíos ).Posteriormente, se le trasladó a Auschwitz , un lugar en el que los judíos no ashkenazim no entendían las órdenes en las lenguas en que les hablaban ( el idish y el polaco ) , motivo por el cual podían matarles .
“No obstante el horror de Hiroshima y Nagasaki, la vergüenza de los Gúlag, la inútil y sangrienta Campaña de Vietnam, el auto genocidio de Camboya, los “desaparecidos “de Argentina…el Sistema de los Campos de Concentración nazis es único por lo planificado, por el ingenio tecnológico desarrollado, por el fanatismo y por su crueldad “. Recordemos que acabó con la vida de 11 millones de personas.”
Nos han quitado Todo (dice Primo Levi en “Los hundidos y los salvados “) yo solo sé que soy el 174517…nada más. Si hablamos, no nos escuchan, y si nos escuchan., no nos entienden “. A pesar de lo dicho anteriormente, Levi intentó comprender aquel horror que experimentó en el año 1944, en Auschwitz 3, conocido como Monówitz . Narró los hechos sin juzgarlos y ocupó el puesto de los testigos. En sus libros habla de la esperanza, de la amistad, aunque también de la tortura y del horror.
En su tarea de escritor, antropólogo y filosofo, generó un concepto que posteriormente sigue ganando
trascendencia: “la zona gris” , mundo sombrío de la ambigüedad donde reina la tolerancia e indecisión frente al terror y al horror .
“Los hundidos y los salvados” es el último libro de su trilogía sobre el holocausto, palabra que no le gustaba utilizar. Su primer libro sobre este tema fue “Si esto es un hombre”, el segundo “La tregua “, donde describe el retorno a casa, y el tercero, el libro que nos ocupa. A Primo Levi y gracias a su condición de químico, le seleccionaron entre los prisioneros que habrían de reconstruir una antigua fábrica, enviándole al Laboratorio. Este libro trata de las relaciones con otros presos y del tema recurrente en sus sueños sobre la amenaza de los alemanes: “nunca creerán lo que contéis porque destruiremos las pruebas y es todo tan exagerado que NADIE os creerá. Se llegará a negar que
existió Auschwitz “(añadían). Y Primo Levi escribe: “quienes sean capaces de negarlo, son los mismos que estarían dispuestos a volver a hacerlo”. “No odio. Pero tampoco perdono ni olvido”, afirmaba.
En enero de 1945 los alemanes dejan Auschwitz y tras unos días de abandono, entra el ejército rojo, sin necesidad de combate alguno. Primo Levi llegó a Turín, tras un periplo de miles de kms y estancias en diversos campos de refugiados. Ejerció de químico, se casó y tuvo 2 hijos. Consciente de que su principal papel era escribir para dar testimonio, en 1977 abandono cualquier trabajo que no fuera el de escritor. Regresó 2 veces a Auschwitz.
Poco a poco empezaron sus depresiones (aumentadas por cuidar a su madre y a su suegra ciega) y sobre todo por sus pérdidas de memoria. Tenía que recurrir a sus propios libros para poder recordar. “Un testimonio de alguien que pierde los recuerdos, no es testimonio”. Ya no podía ser” guardián de la memoria “. ¿De qué memoria? si la estaba perdiendo! Necesitó tratamiento psiquiátrico. El 11 de abril de 1987, parecía un día normal en Turín. La portera le subió el correo y mientras bajaba, vio el cuerpo ensangrentado de Levi en el fondo del hueco de la escalera. Su mujer (al llegar a casa y ver el alboroto en la calle) dijo: “lo que me temía”. Lo que todos nos temíamos. Tenía 67 años.