MILÍM: LA HISTORIA DE LAS DIÁSPORAS, CON ALICIA BENMERGUI – La historia de los judíos de Italia, o tal vez la de los judíos a secas, está muy relacionada con un tema muy importante de la historia europea. Estamos hablando del Renacimiento y del Humanismo. Ambos surgieron en Italia, o en lo que ahora es Italia, específicamente en la ciudad de Florencia. Su surgimiento expresa un cambio social y económico muy importante que va a poner lentamente en marcha una declinación del poder de la Iglesia con respecto al que había detentado en la sociedad medieval y el sistema feudal. La sociedad de los tres órdenes: el de los que rezan, el de los que luchan y el de los únicos que trabajan, que eran los campesinos (esto podía cambiarse si los que luchaban mandaban más que los que oraban). Los cambios van a tener lugar en las ciudades donde han surgido los burgueses, los mercaderes, que ya compiten con los judíos a los que empiezan a perseguir abiertamente por la competencia que representan. Ya han surgido los banqueros, los lombardos y algunos otros también muy importantes. Y para esta gente que va acumulando dinero, que cobra interés por ello cuando lo presta, sus negocios son muy importantes y la vida de este mundo es mucho más atractiva que esa que le prometen después de la muerte. Aunque para que no nos equivoquemos es necesario saber que nadie quiere morir en pecado porque todo el mundo teme quemarse en las llamas del infierno.
Cuando ese mundo real va cobrando cada vez más importancia y presencia, ocurre – en Italia, principalmente – otro hecho muy interesante. La presencia de edificios y el descubrimiento arqueológico de todo lo que ha dejado la Roma Imperial, en tanto que en Sicilia está mucho de lo mejor que ha dejado la cultura griega, produce un asombro y una revalorización del pasado. Un historiador sostiene que la palabra Renacimiento representa una resurrección de las letras y las artes gracias a la Antigüedad recuperada. El historiador Jean Delumeau sostiene que Italia es el lugar donde tendrá nacimiento el término Humanismo pero que también por sus humanistas, sus artistas, sus negociantes, sus ingenieros y sus matemáticos, ha sido el país, aunque por aquel entonces no lo era, sostenemos nosotros a pesar del traductor, el lugar de vanguardia y el principal creador del gran impulso europeo.
También en aquella Italia, vivían judíos y luego llegaron los que se fueron de España y todas estas cuestiones tendrán su propio peso en el modo en que el judaísmo se integró y aportó a todo este movimiento. En principio debemos contar que el conocimiento del hebreo era muy escaso entre los europeos durante la Edad Media. La cultura judía permaneció como un libro cerrado para los cristianos pese a la proximidad y vecindad que existía con los judíos que allí vivían. Para Delumeau, el humanismo que buscó en todas las fuentes originales es el gran responsable del resurgimiento tanto de los estudios judaicos como de los griegos. Para el historiador, pese a que la kabalá fue en gran parte creada en España lo mismo que la mayor parte de la mística judía, “fue la Italia humanista la que dio a la cultura hebraica un fulgor internacional”… y esta historia continuó.