MILÍM: LA HISTORIA DE LAS DIÁSPORAS, CON ALICIA BENMERGUI – El mundo judío bajo la dinastía de los hasmoneos se tornó, con el paso del tiempo y de los sucesivos gobernantes, en una sociedad muy compleja y conflictiva. Un sector de la sociedad se helenizó cada vez más, adoptando costumbres y hábitos cada vez más ajenos y distantes de las tradiciones judías. Pero uno de los sectores que más hizo por la continuidad del judaísmo luego de los Escribas del Templo, fueron los perushím, los fariseos. El fariseísmo creó escuelas en todas las aldeas de la tierra de Israel. El historiador Elías Bickerman sostiene que el judaísmo se convirtió en una civilización más compleja al introducir conceptos y métodos adaptando ideas griegas a los problemas planteados al judaísmo por el contacto con la cultura universal. Por otra parte los reyes y príncipes tuvieron nombre griegos junto a sus nombres judíos, prácticamente se habían helenizado de un modo radical.
En el año 63 a.e.c. los judíos recibirán un terrible golpe, en Judea había una guerra civil entre los hermanos Hircano II y Aristóbulo II, de la dinastía hasmonea, Hircano estaba apoyado por los fariseos y Aristóbulo por los saduceos. Ya en ese año, Pompeyo marcha hacia el sur e impone la supremacía de sus legiones en Fenicia, Celesiria y Judea, las ciudades más helenizadas de todo el territorio y particularmente de las más importantes ciudades de la Decápolis. A finales de ese año, captura la ciudad de Jerusalén. Siendo el general más victorioso de Roma, se une a las tropas de Hircano II y sus legiones pusieron bajo asedio a Jerusalén durante más de tres meses hasta que a fines del año 63 pudieron tomarla. El número total de muertos en el bando de Aristóbulo fue de, aproximadamente, 12.000 judíos, tal y como cuenta Flavio Josefo en su obra Antiquitates Judaicae, libro XIV, capítulo IV: «De los judíos cayeron doce mil, pero de los romanos muy pocos… y no se cometieron daños insignificantes en el templo en sí que, en épocas anteriores, había sido inaccesible y visto por nadie; pues Pompeyo entró, y no pocos de aquellos que estaban con él fueron también, y vieron lo que era ilícito que viera cualquier otro hombre distinto a los sumos sacerdotes. En aquel templo estaban la mesa dorada, el sagrado candelabro, y los recipientes para libaciones, y una gran cantidad de especias; y además de estos había tesoros dos mil talentos de dinero sagrado: pero Pompeyo no tocó nada de todo esto, debido a su consideración hacia la religión; y en este punto también actuó de una manera que era merecedora de su virtud. Al día siguiente dio la orden a aquellos que estaban a cargo del templo que lo limpiaran y que llevasen las ofrendas que la ley exigía a Dios; y restauró el sumo sacerdocio de Hircano, tanto porque le había resultado útil en otros aspectos, y porque dificultó que los judíos del país dieran ayuda a Aristóbulo en su guerra contra él».
Roma había logrado apoderarse de Judea. Y Herodes llega al trono de Jerusalén en el año 37 a.e.c. El dominio que Roma se logra primero con Herodes y luego con el férreo dominio que establecerá sobre los judíos que provocará el surgimiento de diversas facciones entre éstos, lo que terminará con el estallido de la rebelión contra el poder imperial, la destrucción del Templo y de Jerusalén, y el surgimiento de un judaísmo que se adecuó a las nuevas circunstancias para poder perdurar ya sin su Templo y sin su capital. Y esta historia continuará…