Los orígenes de Ashkenaz (15ª parte): más sobre aquellos jasídicos pietistas
MILÍM: LA HISTORIA DE LAS DIÁSPORAS, CON ALICIA BENMERGUI – Yehuda el Hasid, de Worms, hijo de Shmuel, que murió en 1217 en Ratisbona, durante la vigencia del jasidismo, alcanzó un liderazgo nunca antes logrado por nadie, su renombre alcanzó las proporciones de una leyenda, adornada según Scholem, por toda clase de mitos. Este historiador sostiene que el libro más importante y valioso que se escribió en este período es el Sefer Hasidim (El Libro de los Jasidim) porque permite entender la vida real que ha llevado la comunidad en todos sus aspectos, reflejando la vida cotidiana, “La vida, tal como se presenta aquí . . . se describe con un realismo de características casi dramáticas”. Se supone que la influencia neoplatónica llegó al judaísmo germánico a través de las notables figuras de Abraham ibn Ezra y de Abraham bar Hiya, judíos del Al Andaluz, primero hasta el norte de Francia y luego a los jasidim. En todas estas creencias había extraordinarias combinaciones de magia helénica, magia primitiva judía y antiguas creencias germánicas en los demonios y las brujas. Estamos por lo tanto hablando de ciencias ocultas.
Según Gershon Sholem, una de las cuestiones centrales alrededor de la cual se desarrolló y ejerció la existencia de los jasidim en la vida cotidiana fue la penitencia. Este historiador sostiene que “la teoría y práctica de la penitencia adquirieron por primera vez en la historia del misticismo judío, una enorme fuerza”. No había ninguna tradición anterior a algo semejante dentro del judaísmo, así que no se vieron ni limitados ni obstaculizados para la notable creatividad que tuvieron en la invención de todo tipo de penitencias, castigos en realidad, contra lo que consideraban pecados contra Dios o la Torá. Las penitencias comenzaban con todo tipo de ayunos y conductas, a veces extremadamente extraños. Y, en casos muy graves, las penitencias consistían en “torturas crueles como la muerte”, castigos extremadamente dolorosos y humillantes para poder obtener el perdón divino. Sentarse en la nieve o en el hielo durante una hora al día en invierno o exponer el cuerpo a las hormigas y abejas en el verano era algo muy común dentro de esta nueva y fanática corriente espiritual. Se considera que todos estos son efectos secundarios de la influencia cristiana, especialmente de Escoto Erígena, un escocés o irlandés, neoplatónico, que en el siglo IX formuló el primer gran sistema filosófico de la Edad Media que tuvo una enorme influencia con su obra en su época, también en ciertos círculos judíos de la Provenza, y que de alguna manera llegó a estos judíos de área germánica. Las penitencias de los jasidim difieren profundamente del cristianismo en una cuestión muy importante. No practicaron el ascetismo sexual, una de las bases fundamentales del cristianismo: en el Sefer Hasidim se le concede gran importancia al mantenimiento de una vida conyugal normal y razonable, ninguna penitencia implica abstinencia sexual en las relaciones matrimoniales. Para concluir, les contamos que se ha sostenido que las teologías místicas de los judíos españoles y las de los alemanes son dos escuelas diferentes de pensamiento que no tienen nada en común. Para Scholem, los españoles siguieron los pasos de la filosofía neoplatónica, en tanto que las ideas más importantes de los jasídicos tienen sus orígenes en la mitología oriental. Ambos tenían en común el conocimiento del neoplatonismo, pero siguieron caminos absolutamente diferentes. Esta historia continuará…