TEATRO JUDÍO, CON HORACIO KOHAN – Cada año, Sefarad Editores lanza una Agenda que, junto con el calendario hebreo del año que se inicia, incluye un tema central en torno al cual desarrolla textos del máximo interés. El tema central de la agende de 5769 (septiembre de 2007) fue el teatro judío, asunto sobre el que Radio Sefarad realizó una serie de 8 entregas, de la cual, ésta (correspondiente a los seguidores del fundador del teatro judío moderno, Abraham Golsfaden) es la tercera.
LOS PRECURSORES
Solomon Ettinger (1800/03-1855/56), cuyo nombre aparece también escrito como Shlomo Ettingher o Shloyme Ettingher, era un dramaturgo del siglo XIX, poeta y escritor de fábulas en hebreo y en ídish. Las fechas exactas de la vida de Ettinger son inciertas, pero se sabe que nació a comienzos del 1800 en Varsovia. En 1795, Polonia fue repartida entre Prusia, Rusia y Austria. La capital estaba el sector prusiano pero su población hablaba mayormente polaco y la ciudad tenía una población judía importante. El joven Shloyme perdió a sus padres de niño y fue criado por su abuelo, rabino, que él describió como de mente abierta y tolerante. Pese a tener un matrimonio ya concertado a la edad de quince años y haber sido aprendiz de varias profesiones, Ettinger viajó a Lemberg, en la partición austríaca, para estudiar en su renombrada universidad, de la que se graduó como médico. En 1832, Varsovia y alrededores, incluyendo la ciudad de Zamość en la que ahora vivía, había sido incorporada a la parte rusa, la más intolerante de las tres. Los pogromos antijudíos eran frecuentes y el título de Ettinger fue declarado inválido porque provenía de una institución extranjera, por lo que en su región nativa no pudo ejercer su profesión. Después de intentar otras actividades se mudó a Odessa, un puerto del Mar Negro con una gran población judía, procurando ganarse la vida como escritor. Lamentablemente, gran parte de estos trabajos tempranos se han perdido; quedan sólo unas poesías y canciones publicadas por los periódicos en ídish de la época. Los dramas suyos que lograron sobrevivir son fragmentos de dos obras: Der Feter fun America (El tío de América) y Freleche Yungeleut (Juventud despreocupada), encontrados después de su muerte y que no han dejado de representarse en el teatro ídish de casi todo el mundo. Serkele, obra que Ettinger escribió cuando rondaba los 20 años y representada durante su vida, recién alcanzó una publicación póstuma en 1861. Serkele es una de las obras más renombradas de todo el repertorio del teatro ídish y debe su alta reputación a su fuerte sentido de la forma, del sonido y del ritmo. Los personajes se delinean en un estilo comparable al de los dramaturgos más estimados y continúa viva y fresca después de 180 años. El ídish en Serkele y en las dos obras fragmentarias exhibe una maestría notable. Dramaturgos renombrados muy posteriores a Ettinger, tales como Abraham Goldfaden y Jacob Gordin han escrito cuánto fueron influenciados por Serkele. Solomon Ettinger murió al parecer a mediados del siglo XIX cuando mediaba los 50 años. No hay datos claros en cuanto a la fecha o las circunstancias de su muerte.
Otras dramaturgias contemporáneas no tienen autor conocido, como las obras Esther y Athalia que un teatro ídish de Odessa puso en escena en 1864. Decktuch, de Abraham Baer Gottlober, como Serkele de Ettinger, fue escrita entre 1830 y 1840, pero publicada muchos años más tarde. Israel Aksenfeld (muerto hacia 1868) escribió varios dramas en ídish, que probablemente no fueron representados en el curso de su vida. Otro dramaturgo temprano en ídish fue Joel Baer Falkovich (Odessa, 1866-Zhytomyr, 1868). Die Takse (1869), de Solomon Jacob Abramowitsch, tiene la forma de un drama, pero parece no haber sido escrito para la escena.
Yakim Behar (1816-¿?). La literatura dramática en ladino apareció como nuevo género al cierre del siglo diecinueve (aunque hubo manifestaciones más tempranas), y se desarrolló en gran parte alrededor de temas judíos, en contraste con la actividad literaria en esa lengua, de temática más variada. Yakim Behar formó parte de un grupo pequeño de escritores que llegaron a destacarse, aunque se sabe poco acerca de su vida. Su obra teatral más conocida es La famia misteriosa, “Teatro en 4 aktos en poezia”. Se publicó en Trieste “en 1 Tamus 649” (1889) con el sello vienés de Josef Schlesinger, aunque se aclara que “Se estanparon a los gastes del Sr. Abraham B. Altabev.”
Hersh Leib Sigheter (1844-1933) fue un judío rumano que, antes de lo que se considera el advenimiento del teatro profesional ídish, escribió obras satíricas de Purim en ídish, empleando a muchachos aficionados para actuar en ellas. Aunque fue objetado a menudo por los rabinos, estas obras eran populares y fueron realizadas no solamente en la festividad de Purim sino también en las semanas posteriores, en distintas localidades.
Los cantores de Broder (Brodersänger), eran actores y músicos judíos originarios de Brody, en Ucrania, que antes de mediados del siglo XIX comenzaron a dar recitales públicos, con canciones en ídish, fundamentalmente pero no exclusivamente durante la representación de obras de Purim y en las bodas, lo que los convierte en precursores del moderno teatro judío. El cantor de Broder más famoso fue Berl Margulis, conocido como Berl Broder (1815-1868). Los cantores de Broder eran una consecuencia directa de los badjonim (pl. de badjan), animadores que contaban chistes (generalmente de un verde subido), cantaban canciones picarescas y divertían a los asistentes antes y después de las bodas. Las primeras referencias escritas sobre los cantores de Broder las hicieron judíos que pasaban por Brody, un centro importante en las rutas comerciales del territorio, desaprobando generalmente que se cantaran canciones sin respetar las ocasiones establecidas para hacer música. Los estudiosos comparan la actividad de estos cantores con los troubadours o Minnesänger, que pasan por ser los primeros que al mismo tiempo eran actores y cantantes. Treinta de las canciones de Berl Broder sobreviven; de éstas, 24 están en forma de diálogos, generalmente entre artesanos tales como sastres o zapateros. Berl hizo estudios religiosos hasta la muerte de su padre, cuando tenía 16 años. Era un hombre joven, hermoso y brillante, con una buena voz y que aprendió solo a tocar el violín. Trabajó brevemente fabricando cepillos y sus compañeros de trabajo fueron su primera audiencia, creándose la reputación de tener para todo una rima o un proverbio. Al final de su adolescencia o al comienzo de sus 20 años se lanzó al camino como artista ambulante junto con otros dos cantantes, uno de los cuales era también el sastre que hacía el vestuario de la troupe. Se cree que muchas de sus canciones fueron improvisadas sobre la marcha. Después de dejar Brody nunca se asentó en algún lugar y se ganó fama de fuerte bebedor. Berl murió en Ploieşti, Rumania.
Velvel Zbarjer (1824-1884), nacido como Benjamin Wolf Ehrenkrantz (y luego conocido como Velvl Zbarjer, Zbarjur, Zbarzher, etc.), fue un cantor de Brody que, siguiendo los pasos de Berl Broder con sus “mini-melodramas musicalizados”, fue un precursor del teatro ídish. Nació en Zbarj, Galitzia, y se mudó a Rumania en 1845. Según el escritor Sol Liptzin, su marcha obedeció a las ofensas que infligió a su vecinos con sus versos herejes. Trabajó brevemente como maestro de escuela en Botoşani, pero rápidamente se convirtió en un cantor itinerante que actuaba en las casas de los judíos acomodados y en los cafés de trabajadores en Botoşani, Iaşi, Galaţi y Piatra Neamţ, a cambio de un vaso de vino o una comida. En su condición tanto de actor como de cantante, se dedicaba a alabar su propia vida itinerante, a bromear sobre las ciudades por las que pasaba, a describir las últimas injusticias (iguales a las de siempre) o a divertirse a costa de los jasidim, con lo que conseguía ser sacudido con frecuencia. Pensando en otros cantantes que copiaban sus canciones sin reconocer su autoría, en 1865 publicó un álbum en ídish y en hebreo. Cuando se hizo mayor dejó los viajes: vivió en Viena desde 1878 hasta 1889 y pasó sus últimos años en Estambul, ciudad en la que se casó por segunda vez con una mujer llamada Málkele la Bella. Este amor de ancianidad fue el tema de un ciclo de doce cartas en verso publicadas en 1937 por el poeta Itzik Manger. En un artículo para la Jewish Encyclopedia (1901-1906), Singer y Wiernik lo describen como “un auténtico poeta folclórico”: dos décadas después de su muerte sus canciones “aún eran cantadas por las poblaciones de Galitzia y el sudeste de Rusia”. Sus primeros poemas, unas parodias de textos talmúdicos, aparecieron publicados en hebreo en Kokebe Yizhak, Viena, 1848. Su siguiente trabajo, Hazon la-Mo’ed, una sátira de los jasidim y sus rabíes, también se publicó en hebreo (Iaşi, 1855). Sus canciones en ídish fueron publicadas (con traducción parcial al hebreo) bajo el nombre de Makkel No’am (Vienna, 1865, y Lemberg –ahora Lviv– 1869-78); una nueva edición en caracteres latinos se publicó en Brăila, Rumania, en 1902.
Eliakum Zunser (Eliakim Badchen, 1836-1913) fue un poeta lituano en ídish que vivió el final de su vida en los Estados Unidos, reconocido a su muerte por el New York Times como “el padre de la poesía ídish”. En su juventud escribió innumerables poesías, centenares de canciones (de las que sobreviven casi 600) y fue animador de bodas (badjen). Ejerció gran influencia en (y fue influenciado por) el cantor de Broder Velvel Zbarzher, aunque se cree que nunca llegaron a conocerse. Su judaísmo pasó de la ortodoxia de su infancia a la defensa incondicional de la Haskalá en la edad adulta y a propugnar una “vuelta de los judíos a la tierra” en su vejez. En 1861 publicó un álbum de canciones, Shirim Khadoshim, la primera de las cerca de 50 publicaciones que conoció en vida. Fue autor del drama Mekirat Yosef (Vilna, 1893), que quizás no fue escrito para ser representado. Su respuesta al antisemitismo reinante en Rusia fue el sionismo, afiliándose a los grupos pioneros Hovevei Zion y Bilu, y componiendo las canciones Die Sokhe (El arado) y Shivath Zion (Retorno a Sión). Zunser emigró a la ciudad de Nueva York en 1889 pero su musa no lo acompañó en el viaje. En su etapa norteamericana escribió pocas poesía y nada de música, decepcionado por la muerte de sus ilusiones sobre el Nuevo Mundo. Murió en la pobreza, a duras penas sostenido por la filantropía de alguna gente del teatro ídish de Nueva York. El YIVO publicó en 1964 The Works of Elyokum Zunser: A Critical Edition, en dos volúmenes, en edición a cargo de Mordkhe Schaechter.
Abraham Goldfaden (Avram, Avron, Avrohom, Avrom o Avrum Goldfadn) (1840-1908), nacido Goldenfoden, fue poeta y dramaturgo, autor de unas 40 obras teatrales. En 1876 fundó en Rumania la que se acredita generalmente como la primera compañía profesional de teatro judío del mundo. Fue también responsable del primer drama en hebreo presentado en los Estados Unidos. Goldfaden nació en Starokonstantinov, Rusia, asistió a una escuela religiosa judía (un jeder), pero su familia de clase media compartía los principios de la Haskalá, por lo que su padre, relojero, le proporcionó lecciones privadas de alemán y ruso. Estudió en la escuela rabínica de Zhytomyr, de la cual salió en 1866 como profesor y poeta, con una cierta experiencia en teatro de aficionados. En 1865 publicó su primer libro de poesías, Zizim u-Ferahim (en hebreo). Su primer libro de versos en ídish fue publicado en 1866, y en 1867 comenzó a trabajar como profesor en Simferopol. Un año más tarde se mudó a Odessa (en Ucrania), a la casa de un tío suyo en la que un primo que era buen pianista le ayudó a musicalizar algunos de sus poemas. En Odessa, Goldfaden conoció al poeta hebreo Eliahu Mordechai Werbel (con cuya hija Paulina se casó) y publicó sus poemas en el periódico Kol-Mevaser. También en Odessa escribió sus primeras dos obras teatrales, Die Tzwei Sheines (Los dos vecinos) and Die Murneh Sosfeh (Tía Susie), y algunos versos de modesto éxito, Yídene (La mujer judía, 1869), que tuvieron tres ediciones en tres años. Por ese tiempo, él y Paulina vivían principalmente de su pobre sueldo de profesor, que buscó mejorar dando lecciones privadas y trabajando como cajero en una tienda de sombreros. En 1875 Goldfaden probó cambiar de suerte deambulando por Munich, por Lvov/Lemberg (Galitzia), por Chernivtsi (Bukovina), hasta llegar a la rumana Iaşi, en 1876.
En Iaşi, Goldfaden conoció al poeta Yitzhak Librescu –muchas de cuyas poesías se convirtieron en canciones populares–, que también era un empresario de éxito. A sugerencia de su esposa, Librescu ofreció a Goldfaden 100 francos por un recital público de sus canciones en el jardín de Shimen Mark “Gradina Pomul Verde” (“El jardín verde del árbol frutal”). En vez de un simple recital, Goldfaden presentó algo parecido a un vodevil; esto es lo que se califica generalmente como la primera actuación profesional del teatro ídish. ¿Por qué la primera, cuando el primer actor de Goldfaden, Israel Grodner, ya había cantado en un concierto en Odessa, en 1873, algunas de las canciones de Goldfaden? Porque Goldfaden convirtió un puñado de números sueltos (con una buena dosis de improvisación) en una obra perfectamente estructurada. Y este acontecimiento se reforzó con los siguientes estrenos: Di bobe mitn einikl (La abuela con la nieta) o Dos bintl holt (El paquete de palillos); las fuentes divergen sobre cuál precedió a la otra.
Finalizaba el verano y Goldfaden comenzó a buscar una sala teatral, pero no encontró ninguna que pudiera alquilar en Iaşi. El dueño de un teatro llamado Reicher, probablemente judío, le dijo que una compañía de cantantes judíos quizás fuera “demasiado sucia”. Goldfaden y los actores Grodner y Goldstein se dirigieron primero a Botoşani, donde vivieron en una buhardilla, mientras Goldfaden seguía escribiendo canciones y obras teatrales. Un estreno de Di Rekruten (Los reclutas) en un teatro techado colmado de público, fue seguido por días de lluvias tan torrenciales que nadie asistió al teatro; empeñaron algunas posesiones y se marcharon a Galaţi, que se mostró más propicia, con tres semanas de funciones con buen público. En Galaţi incorporaron a su primer diseñador escenográfico serio, un pintor de paredes conocido como Reb Moishe Bas. Bas no tenía ninguna formación artística, pero demostró ser bueno en el trabajo y reforzó la compañía, al igual que Sara Segal, su primera actriz, que no había salido todavía de la adolescencia. Después de su premier de Galaţi, la madre de Sara se opuso a que su hija arruinara su futuro en esa actividad. Goldstein –a diferencia de Goldfaden y de Grodner– era soltero, así que se casó con ella y Sara permaneció con la troupe. (Además de ser conocida como Sara Segal y como Sofía Goldstein, se hizo popular como Sofía Karp, luego de una segunda unión con el actor Max Karp). Después de un buen éxito en Galaţi y uno regular en Brăila, la compañía decidió que era hora de ir a la capital, Bucarest. Sus primeras producciones se hicieron en el salón Lazăr Cafegiu de Calea Văcăreşti (en el corazón del gueto), y cuando llegó el buen tiempo actuaron en el jardín Jigniţa, una cervecería agradablemente arbolada.
En este nuevo sitio Goldfaden apostó más fuerte, incorporando el talento musical judío en forma de cantores de sinagoga, y prima donnas de formación clásica, las hermanas Margaretta y Annetta Schwartz. Entre los cantores destacaba Lazăr Zuckermann (conocido más tarde en Nueva York como Laiser Zuckerman), pero el hallazgo fue un jóven de 18 años, Zigmund Mogulescu (Sigmund Mogulesko). Este reclutamiento de cantores no se producía sin controversias: Cuper (también conocido como Kupfer), el cantor principal de la Gran Sinagoga, consideraba “impío” que los cantores actúen en sitios seculares, ante muchedumbres donde ambos sexos se mezclaban libremente, manteniendo a gente sin dormir de modo que llegaban tarde a los rezos matutinos. Hacia el final de ese verano el teatro ídish de Bucarest ya era un hecho establecido. La afluencia de comerciantes y de intermediarios judíos por el comienzo de la guerra ruso-turca había ampliado mucho las audiencias. Entre los recién llegados estaban Israel Rosenberg y Jacob Spivakovsky, miembros de familias rusas ricas y cultivadas, rápidamente incorporados a la troupe de Goldfaden hasta que ellos crearon por su cuenta la primera compañía de teatro ídish en la Rusia imperial. Goldfaden ampliaba su repertorio –con nuevas canciones, nuevas obras, traducciones de obras rumanas, francesas y de otras lenguas; en los primeros dos años escribió 22 obras, y llegaría a escribir cerca de 40– pero no podía siempre conservar a los actores a su lado una vez que se hubieran convertido en estrellas. Antes de fin de año también aparecieron nuevas obras en ídish, por ejemplo Moses Horowitz con Der tiranisher bankir (El banquero tiránico) o Grodner con Curve un ganev (Prostitutas y ladrones), con lo que el teatro ídish se había convertido ya en gran teatro, con escenografías elaboradas, coros y muchos extras en algunas escenas. A Goldfaden le ayudó Ion Ghica, por entonces jefe del Teatro Nacional Rumano, a establecer legalmente una sociedad teatral que se ocupara de las materias administrativas. Ion Ghica fue un aliado valioso del teatro ídish en Bucarest. En varias ocasiones expresó su opinión favorable a la calidad de las interpretaciones, y aún más sobre los aspectos técnicos del teatro ídish.
Pronto llegó la hora de la seriedad. Mientras que la comedia y la sátira ligeras pudieron haber sido acertadas para consolidar comercialmente el teatro ídish, nunca se habría considerado a Goldfaden como “el Shakespeare ídish” (como lo llamó el New York Times en ocasión de su muerte en 1908) por estas obras. Era un hombre que leía literatura en varios idiomas, que era consciente de que no había una tradición judía sobre literatura dramática en Europa del Este y que sabía que sus audiencias iban al teatro sólo a divertirse. Goldfaden escribió que esta actitud lo puso “en guerra con el público”. Quería que el teatro fuera una escuela para personas que nunca tuvieron tiempo para estudiar y para cultivarse. No obstante, su “guerra” se basó en entender profundamente a ese público. Incluso en los primeros años de su compañía, Goldfaden no se alejó de los temas serios, como lo fue Di Rekruten (Los reclutas), sobre las bandas que en las calles de Botoşani reclutaban a jóvenes para el ejército. Antes de finales de 1876, Goldfaden había traducido ya La isla solitaria de August von Kotzebue, drama sobre un aristócrata alemán y un espía ruso, que se convirtió en la primera obra no cómica realizada profesionalmente en ídish. Después de su explosión sobre los vodeviles y las comedias ligeras (aunque Shmendrik y Los dos Kuni-Lemls eran obras razonablemente sofisticadas), Goldfaden se dedicó a escribir muchas obras serias en ídish sobre temas judíos. Quizás la más famosa fuera Shulamith, posterior a 1880. Goldfaden mismo sugirió que esta vuelta a la seriedad fue posible porque él había educado a sus audiencias. Nahma Sandrow sugiere que pudo haber tenido igualmente mucho que ver la llegada a Rumania de los judíos rusos en tiempos de la guerra ruso-turca, que habían conocido un teatro más sofisticado en Moscú. Pero el cambio definitivo de Goldfaden hacia temas importantes coincidió con la mudanza de su compañía a Odessa.
¿Cuál era el nivel del teatro ídish en esos años? Gran parte de la comunidad judía, Goldfaden incluido, estaba ya familiarizada con el teatro contemporáneo en otras lenguas. El itinerario inicial de la compañía de Goldfaden habría podido fácilmente ser el itinerario de una compañía rumana. El teatro ídish puede haber sido considerado al principio como expresión del carácter nacional judío, pero los valores teatrales de la compañía de Goldfaden eran en muchos sentidos los de un buen teatro rumano de su tiempo. Por otra parte, el ídish era una lengua próxima al alemán y bien conocida incluso entre los no judíos de Moldavia y Transilvania, una lengua que había que conocer por su importancia para el comercio; el hecho de que uno de los primeros en escribir sobre el teatro ídish fuera el poeta nacional de Rumania, Mihai Eminescu, es testimonio de que el interés por el teatro ídish fue más allá de la comunidad judía. Casi desde el principio, el teatro ídish respondió ante la crítica con un nivel comparable a cualquier otro teatro europeo de su tiempo. Y en estas condiciones se marchó a Rusia.
Odessa, en Ucrania, era entonces parte de Rusia imperial. Con un préstamo de Librescu, Goldfaden viajó hacia el este con una troupe de 42 personas, incluyendo intérpretes, músicos y sus familias. Actuaron en buena parte de Rusia imperial, incluyendo Kharkov (también en Ucrania), Moscú y San Petersburgo. Años después, Jacob Adler lo describió en este tiempo como “un bon vivant”, “un cavalier”, “tan difícil de acercarse como a un emperador”. Pero él continuó creando nuevas obras, ahora más serias, como Doctor Almasada, oder Die Yiden in Palermo (El doctor Almasada, o Los judíos de Palermo), Shulamith y Bar Kokhba. Esta última es una obra algo oscura sobre la rebelión de Bar Kojba, escrita después de los pogromos que siguieron al asesinato del zar Alexander II en 1881, en medio de la marea que se desató contra la emancipación judía. Un francés llamado Victor Tissot estaba en Berdichev cuando la compañía de Goldfaden actuó allí. Él vio dos obras –Di Rekruten y Di Shvebleh (Los fósforos), una obra de intriga–. Lo que cuenta Tissot de lo que vio ofrece un cuadro interesante sobre las salas en las que actuaba la compañía de Goldfaden y sobre las audiencias de las pequeñas ciudades. “Berdichev”, comienza, “no tiene un café ni un restaurante. Berdichev, que es una ciudad aburrida y triste, no obstante tiene una sala de espectáculos, un edificio grande hecho con tableros rugosos, por donde pasan las compañías de teatro y muestran sus obras”. Aunque había una estancia apropiada, con una cortina, los asientos baratos eran bancos pelados; los más costosos eran bancos cubiertos de percal rojo. Aunque había abundantes barbas, “no había caftanes largos ni solideos”. Parte de la audiencia, dice, era absolutamente pobre, pero casi todos eran judíos asimilados, básicamente seculares. El público incluía a oficiales rusos con sus esposas o novias. En Rusia, Goldfaden y su troupe conquistaron grandes audiencias y fueron apreciados por los intelectuales judíos progresistas, pero no gustaron al gobierno zarista ni a elementos conservadores de la comunidad judía. Goldfaden clamaba por un cambio en el mundo judío, lo que era inquietante para los partidarios del status quo.
El teatro ídish fue prohibido en Rusia el 14 de septiembre de 1883 como parte de la reacción antijudía que siguió al asesinato del zar Alexander II. Goldfaden y su compañía quedaron a la deriva en San Petersburgo. Sopesaron varias posibilidades: ir a Inglaterra, a Nueva York, a Polonia… En 1886 Goldfaden probó suerte brevemente con una compañía de teatro en Varsovia, sin éxito. En 1887 se fue a Nueva York. Allí procuró, infructuosamente, abrir una escuela de teatro. En 1889 viajó hacia París, ya algo escaso de fondos. Tampoco pudo armar una nueva compañía teatral por falta de dinero. Por fin, en octubre de 1889 juntó lo poco que le quedaba y se marchó a Lvov, adonde su reputación como poeta vino otra vez a su rescate.
Lvov no era exactamente el sueño de los dramaturgos. El público traía comida a la sala, haciendo crujir el papel y tratando al teatro como a una cervecería. La gente de Galitzia no era favorable al teatro ídish. Aceptaron a los intelectuales, pero las masas eran fanáticamente religiosas y veían a los cómicos judíos con desdén. No obstante, Iacob Ber Ghimpel, que tenía un teatro ídish allí, se alegró de contar con una figura de la estatura de Goldfaden. Gold-faden terminó una obra que había comenzado a escribir en París, Rabi Yoselman, oder Die Gzerot fun Alsas (Rabi Yoselman, o El decreto alsaciano), en cinco actos y 23 escenas, basada en la vida de Josel de Rosheim. En este tiempo también escribió una opereta, Rothschild, y una obra semi autobiográfica llamada Mashiach Tzeiten (Tiempos del Mesías), con una visión poco optimista de América.
Reanimado por su éxito en Lvov, volvió a Bucarest en 1892 como director del teatro de Jigniţa. Su nueva compañía incluía nuevamente a Lazăr Zuckermann; otros actores eran Marcu (Mordejai) Segalescu y Iacob Kalich. Entre sus obras notables de este período están Dos zenteh Gebot, oder Lo tachmod (El décimo mandamiento), Judas Maccabaeus y Judith y Holfernes, y una traducción de El barón gitano de Johann Strauss. Sin embargo, el teatro ídish en Rumania se había convertido en puro negocio, con anuncios en el escenario, estrenos coordinados en múltiples ciudades y fuerte competencia. En una ocasión, en 1895, un joven llamado Bernfeld asistió a varias funciones de la obra de Goldfaden Historia de Isaac y memorizó todo, canciones incluidas. Llevó el paquete entero Kalman Juvilier, que hizo una producción desautorizada en Iaşi. Tal hurto absoluto era posible porque ya no estaba Ion Ghica en el Teatro Nacional, y las autoridades no prestaban mucha atención al teatro ídish.
La década de 1890 no fue brillante para la economía rumana, y una marea de levantamientos antisemitas acabó con la paciencia judía. Un cuarto de la población judía emigró, y los intelectuales que no se marchaban estaban más interesados en la política que en el teatro. Goldfaden salió de Rumania en 1896; pronto la de Juvilier fue la única compañía activa de teatro ídish en el país, y las compañías extranjeras dejaron de venir.
Goldfaden vagó por Europa como poeta y periodista. Sus obras continuaron representándose en Europa y Norteamérica, pero raramente –o nunca– cobró los derechos. Su salud se deterioró y se le acababa el dinero. En 1903 escribió a Jacob Dinesohn desde París autorizándolo a vender lo que quedaba de sus posesiones en Rumania, incluidas sus ropas. Esto le dio el dinero necesario para ir una vez más a Nueva York en 1904.
En Norteamérica intentó sin éxito dedicarse al periodismo. En marzo de 1905 recitó poesía para pagar una pensión al poeta en ídish Eliakum Zunser, que estaba peor que él, incapaz de escribir desde que llegara a Estados Unidos en 1889. Poco tiempo después, satisfizo a un grupo de jóvenes de la asociación hebrea Dr. Herzl Zion Club, y escribió para ellos David ba-Milchama (David en la guerra), que se estrenó en marzo de 1906 y fue la primera obra en hebreo representada en Norteamérica. Nuevas y repetidas funciones en 1907 y 1908 acercaron a su teatro a gran número de espectadores. Hizo pocas cosas más pero no consiguió reintegrarse al teatro ídish, pese a que en Nueva York sus ex actores y ex socios tenían mucho éxito en grandes salas propias. Murió en Nueva York en 1908. A su entierro asistieron 75.000 personas, en una procesión fúnebre de varios kilómetros, que iba desde el People’s Theater en el Bowery hasta el cementerio Washington en Brooklyn.