EL MICRÓFONO DE ALICIA PERRIS – El micrófono de Alicia Perris, in situ, en la sala espaciosa y sugerente de El Águila, rastrea la huella en Madrid y su región, de las estrellas del cine de Hollywood que trabajaron y vivieron aquí en los años 50 y 60, en una época en que España estaba completamente inmersa en la autarquía. El cine y su glamour, fueron el calor, el color y la luz que abrieron los balcones al mundo exterior.
El final del sistema de estudios de Hollywood, en 1948, facilitó que actores, productores, directores y guionistas emigraran. Así nacieron en Madrid, grandes superproducciones, como Alejandro El Grande, u Orgullo y pasión, dirigida por Stanley Kramer y protagonizada por Cary Grant, Frank Sinatra y Sophia Loren, Doctor Zhivago con libro de Boris Pasternak, Espartaco (con Kirk Douglas, de Stanley Kubrick) o El Cid, de Anthony Mann, con Charlton Heston. Estos escenarios y paisajes naturales, como La Pedriza, el Museo del Prado, el Paseo de la Castellana, el castillo de Manzanares y la capacidad de los técnicos, los bajos costes y las facilidades para obtener licencias de rodaje, fueron una oportunidad perfecta para la capital de España. Ocio y negocio en El Corral de la Morería, Mantequerías Leonesas, la Gran Vía, el bar Chicote o los Hoteles Ritz, Fénix o el Castellana Hilton. Y Orson Wells, Audrey Hebrun, Romy Schneider, Marlene Dietrich, Tyrone Power (en su último round vital), Yul Brynner, Gina Lollobrigida, Esther Williams, Ingrid Bergman… La devoción de Grace Kelly, en Los Jerónimos.
Si muchas de estas celebridades como Kirk Douglas, Robert Rossen (Alejandro el grande), Stanley Kramer, Boris Pasternak (el novelista de Doctor Zhivago), Stanley Kubrick (judío no practicante) o Elizabeth Taylor (ella por conversión) eran judías, inefable fue la constelación que organizó alrededor de estos artistas trashumantes, el productor Samuel Bronston. Una anécdota fantástica lo recuerda, al margen del universo cinematográfico: llevado a juicio por irregularidades financieras, una astucia jurídica, la no comprobación de perjurio, le valió el sobreseimiento. La misma argucia legal que muchos años más tarde, sacaría del paso al presidente norteamericano Bill Clinton, en el affaire de Monica Lewinsky. “Se non è vero, è ben trovato”, (“si no es cierto, es plausible”) dicen los italianos.
La exposición, muy cuidada y presentada por el consejero de Cultura, Turismo y Deportes de la Comunidad, Jaime de los Santos, tiene fotografías de época, revistas y un atractivo aparato audiovisual, excelente musealización, archivos excepcionales y un catálogo preciosista con fotografías de lujo. Hay que verla y compartirla.
Mad about Hollywood. Hasta el 14 octubre de 2018. Sala El Águila. Entrada gratuita.
Alicia Perris