SEFER: DE LIBROS Y AUTORES – De nuevo nos hallamos ante “la mirada afilada de Vivian Gornick sobre todo y sobre todos” en este libro Mirarse de frente que es paso más en ese camino emprendido por la autora para, comenta Ingrid Rodríguez Fuentes de la editorial Sexto Piso, “vivir conscientemente consigo misma”. Aquí se nos presenta en diferentes escenarios: una amistad en constante prueba, las relaciones con sus colegas docentes universitarios y su estancia en los Catskills, desde el otro lado de la experiencia Mrs Maisel. Maravillosa Gornick.
Sexto Piso. Como ya hiciera en Apegos feroces y La mujer singular y la ciudad, Vivian Gornick vuelve a mostrar, en las irresistibles viñetas que componen Mirarse de frente, su inigualable talento para aunar el recuento de sus propias vivencias y la reflexión, con esa mezcla de ingenio, frescura y sabiduría que ha hecho de ella una autora ya insustituible para tantos y tantos lectores.
En este nuevo libro, Gornick convierte el recuerdo de su experiencia como camarera en los Catskills no sólo en una agridulce aproximación al deseo juvenil y los trabajos veraniegos, sino en una indeleble toma de contacto con las desigualdades de clase y de género. Su periplo como profesora visitante por varias universidades estadounidenses le sirve para trazar una maravillosa y tragicómica radiografía del paisaje académico como suplicio para el espíritu: comunidades aisladas, con sus ritos y rencillas, con su peculiar dinámica de soledad y sociabilidad, donde el alma se enmohece rodeada de seres sólo en apariencia afines. Ya sea para hablarnos de su relación con la ciudad, de su evolución como feminista o para meditar sobre los recónditos motivos por los que una antigua amiga suya, pese a ser admirada y amada por muchos, evadía sistemáticamente cualquier atisbo de intimidad, Gornick vuelve a ofrecernos la singular mirada –valiente y feroz, empática y siempre de frente– con la que encara el mundo.