HOMENAJE – Este 6 de enero de 2022 nos dejaba Yoram Teharlev, un poeta y letrista que puso palabras al sentir de todas las generaciones desde que existe el Estado de Israel, especialmente en los primeros años de existencia del mismo. Había nacido en 1938 en el kibutz Yagur, donde sus padres vivían en una pequeña habitación sin agua potable o “el más mínimo vestigio de privacidad”, como escribió él mismo una vez, familia que había emigrado desde Lituania. Ese fue su hogar hasta los 26 años, cuando se mudó a Tel Aviv y sus canciones empezaron a sonar en la voz de los principales cantantes y grupos del país. En 1963, mientras estudiaba filosofía en la Universidad de Tel Aviv conoció y finalmente se casó con la poeta Nurit Zarchi con quien tuvo dos hijas, aunque en 1976 se separaron y dos años después se casó con una estadounidense con quien tuvo un hijo y una hija. Tras fallecer en 2011 su segunda esposa volvió a contraer matrimonio. Se calcula que hizo la letra de más de un millar de canciones: algunas de ellas de tono patriótico, y otras sobre el amor, la naturaleza, la amistad, infantiles o de tono humorístico. Los mejores compositores de canciones utilizaron sus letras y ellas fueron interpretadas por los mejores cantantes de varias décadas. También se dedicó a la lectura y comentario de textos tradicionales judíos desde una óptica profana, aunque gozan de gran consideración, incluso en círculos religiosos. Desde el inicio estamos escuchando Habalada al Yoel Moshe Salomon, La balada de Joel Moshe Salomon, acerca del fundador de la ciudad de Petaj Tikva, en la voz de Arik Einstein con música de Shalom Janoj, y a continuación Lihiot yehudí, Ser judío, con música de Moshe Wilensky y la interpretación de la Trup del Cuerpo de Blindados; Hahar hayarok tamid, El monte siempre verde, con música de Moni Amarilio en la voz de Rujama Raz; Artzeinu haktantonet, Nuestro diminuto país, con música de Rami Kleinstein en su interpretación junto al coro LiRan; Bapardés liyad hashoket, En el bosque frutal, sobre melodía de Nurit Hirsh y cantada por Yehoram Gaon; Einej yajolá, No puedes, con música de Shmulik Krauss interpretada por el trío Hajalonot Hagbohím; Reaj tapuaj odem sheni, El aroma de la manzana, sobre melodía de Nahum Heyman e interpretada por el dúo Parvarím; Malaj miSulam Yaakov, Un ángel de la Escalera de Jacob, con partitura de Nurit Hirsh y las voces de la Trup Militar del Najal; Bim bam bom, con melodía de Moshe Wilensky y la voz de Rivka Mijaeli; para acabar con Lahafoj anavím leyain, Convertir la uva en vino, sobre notas de Matti Caspi e interpretada por el cuarteto femenino Sexta.