“París – Manhattan” (2012), de Sophie Lellouche (Francia)

FILMOTECA, CON DANIELA ROSENFELD –

Guión: Sophie Lellouche. Reparto: Alice Taglioni, Patrick Bruel, Marine Delterme, Michel Aumont, Woody Allen, Louis-Do de Lencquesaing, Marie-Christine Adam, Yannick Soulier, Margaux Châtelier, Arsène Mosca, Gladys Cohen, Julie Martel.

Alice es una guapa y joven soltera farmacéutica que siente una insólita fascinación por Woody Allen. A pesar de que su soltería es un tema que no le preocupa en absoluto, su entorno familiar vive obsesionado por encontrarle pareja a toda costa, aunque ella siempre ha pensado que el hombre perfecto es el marido de su hermana. Como en todas las historias de amor, Víctor aparecerá en la vida de Alice sin aviso, para instalar una alarma en la farmacia que ella ha heredado de su padre. Él lo tendrá claro desde el primer momento, pero tendrá que luchar por hacerle ver, con ayuda de los consejos imaginarios de Woody Allen que el amor ha llamado a su puerta.
Woody Allen ha creado escuela, eso es indudable. Es fácil encontrar personajes y tramas inspirados por las paranoias del director y la verborrea psicoanalítica. Con Paris – Manhattan, la francesa Sophie Lellouche ha querido demostrar que ella forma parte de esa escuela, además de utilizar a Allen como una especie de psicoanalista en espíritu de su protagonista. En su primer largometraje, Sophie Lellouche logra sacar adelante una ligera comedia romántica siguiendo las pautas del cine del norteamericano, y consigue, además, caer simpática a Allen, quien presta su voz (y algo más) a la película. Y, sin perder su identidad parisina.
Igual que el fantasma de Humphrey Bogart dominaba Sueños de un seductor, París – Manhattan invoca el espíritu de Woody Allen, para que acompañe a la atribulada farmacéutica. Soltera, y de una familia judía burguesa, no puede evitar filtrar la realidad a través de la filmografía de su director favorito. De hecho, en una práctica que el Colegio rechazaría, utiliza sus películas como remedios homeopáticos para los males de sus clientes. Afortunadamente, da pie a situaciones bastante divertidas y referenciales que harán sonreír de pura complicidad a los incondicionales de Allen.
Un póster de Woody Allen es el psicoanalista del personaje de Alice, que le responde con frases y diálogos seleccionados de varias películas del neoyorquino, adecuándose a los problemas existenciales y amorosos de la joven, así como el videoclub clandestino que esconde en las estanterías de su farmacia, llena de las películas del director y de grandes clásicos norteamericanos que receta a sus clientes. Todo esto es, quizás, lo más interesante de la cinta, junto con el breve y previsible cameo del mismísimo Woody Allen, y la química y encanto de sus protagonistas Alice Taglioni y el ya mítico Patrick Bruel.

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