SEFER: DE LIBROS Y AUTORES – Recomendarles la lectura del maravilloso Pensamientos despeinados, nos da la oportunidad de hablarles de su no menos maravilloso autor Stanislaw Jerzy Lec. Conversamos con la traductora del libro, Elzbieta Bortkiewicz, para conocer a este aristócrata judío, autor del primer poema en polaco dedicado a Stalin (Lec pagaría amargamente su posterior rechazo al stalinismo), ciudadano de la mágica Lvov, que escribía en servilletas, papelitos y que viene a aportarnos brillantemente en estos tiempos de pandemia lucidez, humor, irreverencia y sentido crítico.
Algunos de los aforismos de Pensamientos despeinados (Ed. Pre-Textos):
-Siempre habrá esquimales que elaboren pautas de comportamiento para los del Congo Belga en épocas de fuerte canícula.-Incluso en el trono se desgastan los pantalones.
-¡La libertad no puede simularse!-¡Ay de los tiranos que creyeron que no eran lo que eran!
-No abras nunca tu puerta a aquellos que, de todas formas, la abrirán sin tu permiso.-¿Es el escepticismo una idiosincrasia cómoda? Los escépticos son escépticos al respecto.
-Optimismo y pesimismo se diferencian sólo por la fecha del fin del mundo.-Cuando un caníbal come con cuchillo y tenedor, ¿se puede hablar de progreso?
-A veces hay que callar para ser escuchado.-Cuanto más rica es la fantasía de un hombre, más pobre se ve a sí mismo.
-¡Entra en ti mismo sin llamar!-Se sentía como un fantasma que jamás se le hubiera aparecido a nadie.
-También hay que tomar la decisión de vacilar.-Los proverbios se contradicen. He ahí precisamente la sabiduría popular.
-En la cima se está al borde del abismo.-Nos mirábamos a los ojos, y nos veíamos: yo sólo a mí, y ella sólo a ella.
–Sé realista: no digas la verdad.–Cuando caigan cabezas no bajes la tuya.
–Tenía la conciencia limpia. Sin usar.STANISŁAW JERZY LEC nació en Lvov en 1909 y murió en Varsovia en 1966. La primera edición de sus aforismos apareció en 1957, tras la muerte de Stalin, y aunque muchos de ellos pueden leerse como un ataque frontal a los dogmas estalinistas, lo cierto es que no sólo no caben en su época, sino que la contienen, junto con la historia entera de la condición humana.
Por su sentido del humor, sombrío a la par que brillante, su inteligencia moral y su defensa –por la vía negativa– del humanismo, el autor de los Pensamientos despeinados pertenece a la estirpe de Chamfort, La Rochefoucauld, Lichtenberg, Nietszche y Karl Kraus. Por ser capaz de enfrentarse a la experiencia de lo absurdo y a la desesperación del modo en que lo hizo, y por el carácter universal de su obra, es un clásico de la literatura polaca del siglo XX, junto a Miłosz, Herbert, Szymborska o Mrocek.