Petr Ginz, un niño judío que plantó cara al odio y al prejuicio

TRIBUTO: HISTORIAS QUE CONSTRUYEN MEMORIA DE LA SHOÁ – El mundo entero tuvo noticia de la existencia de Petr Ginz, cuando el astronauta israelí Ilán Ramón decidió llevar consigo un dibujo a su viaje espacial, en el transbordador Columbia en enero de 2003.

Petr, un niño judío de Praga,  había nacido en el seno de una extensa familia judía, era muy creativo, escribía novelas, cuentos, dibujaba, hacía grabados y tenía pasión por la ciencia. Todo cambió el 15 de marzo de 1939 cuando los nazis ocupan Praga dando lugar a la creación del Protectorado de Bohemia y Moravia. En poco tiempo a los judíos se les restringió la libertad de movimiento , se les prohibió toda actividad económica y se los despidió de sus trabajos.

La mayor parte de los judíos de Praga fueron enviados al gueto de Terezin, a 40 kms al norte de Praga. Petr fue deportado el 21 de octubre de 1942 y vivió allí a lo largo de dos años. En el gueto vivió en el barracón L417 y confeccionó junto a otros jóvenes una revista clandestina llamada “Vedem” (A la vanguardia). La revista publicaba artículos de opinión, ilustraciones, poesías, noticias sobre el gueto. El material de Vedem fue encontrado después de la guerra y sus originales  se encuentran en el Centro de Conmemoración de Terezín. 

En el año 2004 y en circunstancias muy curiosas Eva Ginz, su hermana,  encuentra dos diarios de Petr, escritos en su casa de Praga cuando aún vivía con su familia. Allí escribió; ”Lo que resulta ahora totalmente corriente, hubiera sido motivo de escándalo en una época normal”. Cada palabra escrita en el diario recoge la atmósfera de la época en la cual Petr se vió confrontado.

 Mi tributo es para Petr y su familia, una historia que todos debemos conocer, que nos ayuda, sin duda a reflexionar acerca del odio, la discriminación y los prejuicios.

Cecilia Levit

 

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