Proverbios 14: sabiduría y necedad
HABLEMOS DE LA BIBLIA, CON IRIT GREEN – Proverbios 14
La mujer sabia construye su casa;
la necia, con sus propias manos la destruye.
El de recta conducta honra al Señor;
el de conducta torcida lo desprecia.
De la boca del necio brota el orgullo;
de los labios del sabio, su protección.
Cuando no hay bueyes, el trigo falta;
con la fuerza del buey, la cosecha aumenta.
El testigo verdadero no miente;
el testigo falso dice mentiras.
El insolente busca sabiduría y no la encuentra;
para el inteligente, el saber es cosa fácil.
Aléjate del necio,
pues de sus labios no obtendrás conocimiento.
La sabiduría hace al sabio entender su conducta,
pero al necio lo engaña su propia necedad.
Los necios se burlan de sus culpas,
pero entre los hombres honrados hay buena voluntad.
El corazón conoce sus propias amarguras,
y no comparte sus alegrías con ningún extraño.
La casa de los malvados será destruida;
la de los hombres honrados prosperará.
Hay caminos que parecen derechos,
pero al final de ellos está la muerte.
Hasta de reírse duele el corazón,
y al final la alegría acaba en llanto.
El necio está satisfecho de su conducta;
el hombre bueno lo está de sus acciones.
El imprudente cree todo lo que le dicen;
el prudente se fija por dónde anda.
El sabio teme al mal y se aparta de él,
pero al necio nada parece importarle.
El que es impulsivo actúa sin pensar;
el que es reflexivo mantiene la calma.
Los imprudentes son herederos de la necedad;
los prudentes se rodean de conocimientos.
Los malvados se inclinarán ante los buenos;
los malos suplicarán a las puertas de los justos.
Al pobre, hasta sus propios amigos lo odian;
al rico le sobran amigos.
El que desprecia a su amigo comete un pecado,
pero ¡feliz aquel que se compadece del pobre!
Los que buscan hacer lo malo, pierden el camino;
los que buscan hacer lo bueno son objeto de amor y lealtad.
De todo esfuerzo se saca provecho;
del mucho hablar, sólo miseria.
La corona del sabio es su inteligencia;
la de los necios, su necedad.
El testigo verdadero salva a otros la vida;
el testigo falso es causa de muerte.
El honrar al Señor es una firme esperanza
que da seguridad a los hijos.
El honrar al Señor es fuente de vida
que libra de los lazos de la muerte.
Gobernar a muchos es una honra para el rey;
gobernar a pocos es su ruina.
Ser paciente es muestra de mucha inteligencia;
ser impaciente es muestra de gran estupidez.
La mente tranquila es vida para el cuerpo,
pero la envidia corroe hasta los huesos.
Ofende a su Creador quien oprime al pobre,
pero lo honra quien le tiene compasión.
Al malvado lo arruina su propia maldad;
al hombre honrado lo protege su honradez.
La sabiduría habita en mentes que razonan,
pero entre los necios es desconocida.
La justicia es el orgullo de una nación;
el pecado es su vergüenza.
El siervo capaz se gana el favor del rey,
pero el incapaz se gana su enojo.