CONCEPTOS JUDÍOS, CON IRIT GREEN – Las descripciones de torturas y sacrificios humanos de los libelos de sangre son contrarias a muchas de las enseñanzas del judaísmo. La más obvia, los Diez Mandamientos de la Torá judía, donde se prohíbe el asesinato. Además, el uso de sangre (humana o de otro tipo) en la cocina está prohibido expresamente por la kashrút (las reglas alimenticias). La sangre y otros fluidos humanos son impuros (según el Libro del Levítico, 15). La sangre de animales sacrificados no puede ser consumida y tiene que ser extraída del animal y enterrada (Levítico, 17:12-13). De acuerdo con el Levítico, la sangre de los animales sacrificados sólo puede ser vertida en el Templo de Salomón en Jerusalén, que ya no existía en la época de los libelos. Mientras que los sacrificios animales eran parte de las prácticas del judaísmo, el Tanáj (Antiguo Testamento) y las enseñanzas halájícas señalan el sacrificio humano como uno de los males que separa a los paganos de Canaán de los hebreos (Deuteronomio, 12:31; y Segundo libro de los reyes, 16:3). De hecho, la limpieza ritual para los sacerdotes prohibía incluso estar en la misma habitación que un cadáver (Levítico, 21:11).