ÓPERA JUDAICA – Julia Bertha Culp fue una mezzo nacida en 1880 y muerta en 1970 a la que se llamó “el ruiseñor holandés”, especialmente famosa en las dos primeras décadas del siglo XX. Sorprendentemente, nunca interpretó una ópera. Tampoco su voz era tan potente ni su diapasón tan amplio, pero su forma de ligar las notas, el control de la respiración y el mimo en la pronunciación de las palabras la convirtieron en preferida de muchos. Nació en una familia judía dedicada al espectáculo, hija de un contrabajista y una actriz. Después de probar suerte con el violín, marchó de su Groningen local a Ámsterdam para estudiar canto. Pronto la descubrió el director de orquesta Wilhelm Berger que la llevó a los escenarios de Berlín y luego a América, donde compartió escenario con artistas de renombre como Caruso o Casals. Entre 1906 y 1926 llegó a realizar 90 grabaciones, lo que da una idea de su éxito. En los años veinte se convirtió al cristianismo, pero ello no la puso a salvo de la persecución nazi. Junto a su hermana se mantuvieron ocultas y a salvo hasta el final de la guerra en Ámsterdam.
Oiremos una selección de sus grabaciones, comenzando por Moederke alleen de Emiel Hullebroeck, Canción de cuna de Catharina van Rennes; Du bist die Ruh de Schubert, Mondnacht de Schumann, Der Asra de Carl Loewe, Ave Maria de Schubert; By the waters of Minnetonka de Cavanese; Der Lindenbaum de Schubert; La muerte y la muchacha de Schubert; el ciclo de canciones de Schumann titulado Amor y vida de mujeres, que incluye Seit ich ihn gesehen, Er der Herrlichste von allen, Ich kann’s nicht fassen nicht glauben, Du Ring an meinem Finger, Helft mir ihr Schwestern, Süßer Freund du blickest mich verwundert an, An meinem Herzen an meiner Brust y Nun hast du mir den ersten Schmerz getan; de Claude Debussy Noche de estrellas; de Hugo Wolf Verborgenheit; de Schumann Du bist wie eine Blume; para acabar con Der Nußbaum de Mose.