Roza Robota, la valiente resistente en el campo

MUJERES EN EL HOLOCAUSTO: ÁNGELES Y DEMONIOS, CON ROSA DUQUE  – En esta nueva entrega de Mujeres en el Holocausto, ángeles y demonios, serán participes de, hasta qué punto, estos ángeles de los que venimos hablando, realmente se jugaban la vida. Y es que, en el caso de nuestra nueva protagonista, su valentía, le iba a condenar, sin remedio, a la muerte.

En esta ocasión, vamos a profundizar en la vida de Roza Robota, una joven —polaca y judía— que formó parte de la resistencia y que no dudó en realizar numerosas actividades clandestinas, a pesar de ser consciente de que, de ser descubierta, su destino irrevocable iba a ser la muerte. Unas consecuencias que, a Robota, no le importaba en absoluto. Era un precio que estaba más que dispuesta a pagar con tal de mejorar, en la medida de sus posibilidades, la vida de los que la rodeaban.

Roza, desde bastante joven, decidió ingresar en el Movimiento Juvenil Sionista  Hashomer Hatzair. Un movimiento que jugaría un papel trascendental vinculado a la resistencia judía durante el trascurso de la II Guerra Mundial. A partir de entonces, tanto en el gueto en el que fue confinada en primer lugar tras la invasión alemana en Polonia, como una vez trasladada a Auschwitz- Birkenau, -donde perdió a toda su familia- Robota no cesó en su empeño de buscar la manera de rebelarse y de ayudar a su comunidad.

Muchas fueron las actividades realizadas por Roza en este sentido, pero la que destaca, sin duda, entre todas las demás, fue su participación en el levantamiento de los Sonderkommandos de Auschwitz-Birkenau —el 7 de octubre de 1944—. Una revuelta que tuvo como consecuencias no solo que el crematorio IV saltase por los aires sino, también, la muerte de varios oficiales de las SS.
Una rebelión que le costaría la vida, siendo ahorcada en las instalaciones del propio campo de exterminio el 6 de enero de 1945, no sin antes pronunciar palabras de aliento y fuerza a los compañeros que, sin remedio, presenciaron su final: “Sean fuertes y tengan coraje”.

Y coraje es lo que, a esta joven de 23 años, no le faltaba. Porque si algo fue Shohanah —Roza en hebreo, como a ella misma le gustaba que la llamaran—, es un ejemplo de valentía y arrojo, conformando una de esas historias que hay que recordar, no solo para honrar su memoria, sino para reconocerle su importante papel dentro del infierno que supuso, para tantos millones de personas la Shoá.

Recomendación adicional:
 Libro: Dolan, M. J. (2019). The Trumpets of Jericho: a novel (English Edition) (2.a ed.). BookBaby.

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