HABLEMOS DE LA BIBLIA, CON IRIT GREEN – Del maestro de coro, según la melodía de «Los lirios». Poema de los hijos de Coré. Canto de amor.
Palabras hermosas bullen en mi mente;
mi lengua es como la pluma de un buen escritor.
¡Voy a recitar mi poesía ante el rey!
¡Eres el más hermoso de los hombres!
¡El encanto brota de tus labios!
Por eso Dios te bendijo para siempre.
¡Ponte la espada a la cintura, valiente!
¡Ella es tu adorno esplendoroso!
Tu gloria consiste en avanzar triunfante,
luchando en favor de la verdad
y haciendo justicia a los humildes.
¡Tu mano derecha realiza grandes proezas!
Los pueblos caen a tus pies, oh rey;
tus flechas son agudas y se clavan
en el corazón de tus enemigos.
Tu reinado, oh Dios, es eterno,
y es un reinado de justicia.
Amas el bien y odias el mal.
Por eso te ha escogido Dios, tu Dios,
y te ha colmado de alegría
más que a tus compañeros.
Toda tu ropa es perfume de mirra, áloe y canela;
con música de instrumentos de cuerda
te alegran en los palacios de marfil.
Entre las damas de tu corte hay princesas;
a la derecha de tu trono está la reina,
adornada con el oro más fino.
Escucha, hijita;
fíjate bien en lo que voy a decirte:
Olvídate de tu familia y de tu gente,
pues el rey desea tu belleza;
él es tu señor, y debes obedecerlo.
Princesa de Tiro,
los más ricos del pueblo
procuran con regalos ganarse tu favor.
¡Aquí entra la princesa, en toda su hermosura!
¡Su vestido es de brocado de oro!
Espléndidamente vestida la llevan ante el rey,
seguida de sus damas de honor,
del cortejo de sus amigas.
Avanzan con gran alegría;
alegres entran en el palacio del rey.
Tus hijos, oh rey,
ocuparán el trono de tus antepasados,
y harás que gobiernen en todo el país.
Yo haré que tu nombre se recuerde
en cada nueva generación,
y que los pueblos te alaben por siempre.